El Zaragoza altera la vista a Pérez Pallas, por lo que se deduce de Competición

En la primera vuelta, el primer comité federativo ya tuvo que anular una amarilla a Buff por una patada que no dio. Ahora, la mano de Cristian Álvarez vuelve a dejar en evidencia las dioptrías del árbitro.

Pérez Pallas, árbitro gallego.
Pérez Pallas, árbitro gallego.
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David Pérez Pallas, árbitro vigués de 30 años, no tiene la vista afinada cuando está de por medio el Real Zaragoza. El Comité de Competición lo ha dejado feo en las dos ocasiones últimas en las que ha dirigido partidos al equipo aragonés por errores manifiestos de bulto que, ya en el campo fueron palmarios y, posteriormente, con las imágenes videográficas como prueba, pusieron de manifiesto la mala apreciación arbitral en ambas cuestiones castigadas por error.

Lo último, sabido es, ocurrió en Tarragona el pasado sábado. Pérez Pallas (inducido, eso sí, esta vez por su linier) decretó mano fuera del área del portero del Real Zaragoza, Cristian Álvarez, y le sacó tarjeta amarilla por golpear el balón con el guante al considerar que esa acción transcurría en la parte exterior del lateral izquierdo del área grande blanquilla. Vino a resultar que la pelota estaba metro y medio dentro de la misma. Sí, metro y medio.

Pero es que, en la primera vuelta, cuando el Alcorcón visitó La Romareda en la 4ª jornada y ganó 0-1 en un bronco partido donde los madrileños se emplearon con una dureza inusitada que apenas mereció cuatro amarillas para ellos, Pérez Pallas sacó una tarjeta admonitoria al zaragocista Buff por "derribar a un contrario en la disputa de un balón" en la zona medular del campo. Y, como el suizo ya reclamó al instante y luego demostraron las imágenes televisivas, el jugador del Real Zaragoza ni tocó al alcorconense, que cayó de maduro al suelo.

Ahora y entonces, los jueces de Competición dieron la razón a las alegaciones del club zaragozano. Era de ley. Y Pérez Pallas fue reprobado echándole atrás sus dos decisiones erradas, con tarjetas amarillas añadidas a sus marros visuales. Ni computó la amonestación de Buff ni, ahora, la de Álvarez. Las faltas mal pitadas, no obstante, no pudieron rearbitrarse. Por fortuna, no acabaron en gol ninguna de ellas.

El Real Zaragoza provoca astigmatismo puntual en los ojos del colegiado gallego, le altera transitoriamente las dioptrías. O es cuestión de la casualidad.

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