Tarragona, un gran banco de puntos para pescar

El Nástic, anfitrión del Real Zaragoza este sábado, ha perdido 7 de los 12 partidos jugados en su Nou Estadi. Y empató 2. Su afición solo ha celebrado 3 victorias.

Imagen del partido amistoso de preparación entre el Nástic y el Real Zaragoza del pasado verano, jugado en Tarragona el 9 de agosto.
Tarragona, un gran banco de puntos para pescar
Daniel Marzo

El Real Zaragoza, en su viaje de cercanías a Tarragona este sábado, va a visitar un campo que, en esta temporada 2017-18, está resultando enormemente propicio para sumar puntos a sus huéspedes... incluso para ganar. Eso dicen, gritan, los números vigentes a mitad de febrero.

El Nástic, en su Nou Estadi, ha jugado hasta ahora 12 veces. Y ha perdido en 7 de ellas, empatando otras 2. Es decir, la afición tarraconense solo ha celebrado 3 victorias de su equipo en lo que va de curso.

Pescaron victoria tras victoria en este feudo, otrora complicado y ahora 'buffet' libre en la actual Segunda División, el Almería (0-1), el Sporting de Gijón (0-4), Alcorcón (0-3), Oviedo (1-2), Lorca (0-2), Huesca (1-2) y Reus (1-2).

Se quedaron a medias, arrancando solo el empate de Tarragona, el Barcelona B (0-0) y, hace solo dos semanas, en la anterior cita en el campo grana, el Cádiz (0-0).

De este modo, de la docena de equipos que han pasado por el Camino de la Budallera (cosas de utilizar el GPS para llegar a este lugar de las afueras de la vieja Tarraco), solo 3 claudicaron y dieron opción a la alegría de la sufridora afición catalana: el Albacete (3-1) en septiembre, el Granada (2-1) en octubre y Sevilla Atlético (2-1) en diciembre.

Si se sacan cuentas, el balance es rotundo. El Nástic solo ha marcado 10 goles como local, mientras que en su portería entraron 18. En su casa únicamente ha sumado 11 de 36 puntos disputados, el 30 por ciento. Solo el filial del Sevilla, colista prácticamente desahuciado a estas alturas de campaña, presenta ligeramente peores números en su estadio. Los de Tarragona son los segundos peores. Para entender por qué el Nástic aguanta, con 32 puntos (dos menos que el Real Zaragoza), asomado al peligro todo el curso y no está hundido en el fondo abisal de la tabla es porque, de manera curiosa, cuando juega fuera de casa es un ciclón. En esa clasificación parcial, solo computando los choques jugados a domicilio, el Nástic es el líder de Segunda, junto con el Huesca, pues ha ganado hasta 6 veces lejos de Tarragona (en La Romareda empató 1-1 en la primera vuelta, el día del caótico arbitraje de Figueroa Vázquez y la esperpéntica expulsión de Borja Iglesias antes del descanso)

En este campo y contra este errático rival ante los suyos va a jugar este sábado el Real Zaragoza. Por un lado, con el lastre de esa estadística recurrente de los últimos tiempos, en la que se recuerda que jamás ganó el equipo zaragocista en Tarragona, ni en liga ni en Copa, ni en Primera ni en Segunda, en partido oficial (casi, ni en los múltiples amistosos de verano, que últimamente son sinónimo de derrotas aragonesas y partidos hoscos). Y por otra parte, con este otro aliciente con tintes numéricos más ilusionantes para los blanquillos vistas las prestaciones que está dando el Nástic este año en su campo.

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