Luis Cid Pérez ‘Carriega’, entrenador del Real Zaragoza desde 1972 hasta 1976, ha fallecido este martes por la mañana víctima de un infarto. A los 88 años, se marcha el gran artífice de Los Zaraguayos, considerado como uno de los mejores técnicos que ha dirigido al club aragonés en su historia y con el que llegó a conseguir un subcampeonato de liga en la temporada 74-75.

Carriega, natural de Allariz (Orense), fue futbolista en diferentes equipos del norte, siempre en Segunda División. Pasó por la Orensana, el Racing de Ferrol, el Oviedo o el Burgos, antes de iniciar una exitosa carrera como entrenador. Cartagena, Europa, Langreo y Sporting de Gijón (al que ascendió a Primera y donde hizo debutar a Quini) fueron sus paradas previas antes de aterrizar en Zaragoza, donde construiría un equipo de ensueño: Los Zaraguayos. Con José Ángel Zalba, Eduardo Gil y Avelino Chaves, Carriega, apodado así desde niño por la semejanza en su juego con el ídolo local de su infancia, dirigió a una de las mejores generaciones de la historia del club. Le faltó un título, pero en la memoria de La Romareda quedará para siempre el fútbol de aquel equipo mezcla de jugadores nacionales y paraguayos.

La primera temporada, con el equipo recién ascendido, fue de relativa transición: el Zaragoza terminó la liga octavo. El siguiente año, ya con Arrúa, Soto, Ocampos y Diarte en el vestuario, el conjunto aragonés terminó el campeonato tercero, solo por detrás del Barcelona y el Atlético de Madrid. La 74-75 es, por su clasificación final, la mejor de la historia del club en Primera División. El Real Zaragoza de Carriega, un equipo valiente, protagonista, vertical y generoso en sus esfuerzos, fue subcampeón de liga. Solo el Real Madrid de Miljan Miljanic consiguió superar a Los Zaraguayos, un conjunto que trascendió en Zaragoza mucho más allá de los límites deportivos. Inolvidable el 6-1 al Madrid en La Romareda con tres goles de García Castany. En la Copa del Generalísimo, sería el mismo conjunto madridista el que privaría a los aragoneses de la final de Copa con un ajustado 4-3 en el global de las semifinales.

Después de tocar techo y rozar el cielo, el curso posterior, el último con Carriega en el banquillo, el Real Zaragoza terminaría 14º clasificado y rozaría la gloria en la final de Copa ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu. Los blanquillos perderían 1-0 en el último encuentro con el gallego en el banquillo. Se terminaba así un ciclo dorado, una etapa lustrosa. Carriega se marchó de Zaragoza en 1976 para seguir una larga trayectoria en los banquillos que le llevó a dirigir, entre otros, al Sevilla, al Betis, al Atlético de Madrid o al Celta de Vigo. En más de dos décadas, superó los 650 encuentros oficiales como entrenador. Un ejemplo de longevidad, constancia y amor por el balón. Un entrenador que dejó huella en Zaragoza y en el Real Zaragoza.