Oliver Buff, en el minuto 83 del partido Real Zaragoza-Lugo, anotó el tercer gol de golpe franco marcado por el equipo aragonés en lo que va de temporada. De este modo, el centrocampista suizo se unió al capitán, Alberto Zapater, en el reducido grupo de especialistas con éxito en el lanzamiento de faltas que posee actualmente el Real Zaragoza en su plantilla.

Los dos tantos anteriores marcados por el equipo blanquillo en disparos directos desde el borde del área los había firmado el veterano futbolista ejeano. Uno en el Carlos Tartiere de Oviedo, que sirvió para iniciar una remontada hasta el 2-2 final tras un mal inicio del Zaragoza en aquella noche otoñal, pues los asturianos se pusieron 2-0 por delante en pocos minutos. El segundo, lo marcó Zapater en El Alcoraz de Huesca en una noche negra, con derrota por 3-1, en la que su bello tanto quedó difuminado entre el disgusto y el pésimo partido de todo el equipo.

Buff, que acumulaba prácticamente 3 meses fuera de los planes principales de Natxo González, reapareció de esta manera tan brillante. Colocando por encima de la barrera una rosca preciosa que cayó de golpe en la red del Lugo para sentenciar la importante victoria zaragocista por 2-0. De este modo, el fino jugador helvético pudo rubricar una de sus especialidades, los lanzamientos directos a balón parado, que ya acreditaba en su trayectoria en la liga de su país, en las filas del Zurich FC.

Desde su llegada al Real Zaragoza en julio, Buff solo había podido amagar un disparo cercano al gol de este modo, en una falta. Fue en el inicio de la liga, cuando Natxo lo consideraba titular indiscutible y disputó la mayor parte de sus minutos de peso específico como jugador blanquillo. Oliver lanzó un golpe franco directo al larguero el día del Alcorcón, en la 4ª jornada, cuando los madrileños ganaron 0-1 en La Romareda. Era el minuto 80 y bien pudo haber significado el empate. Pero le sobraron cuatro o cinco centímetros de altura a aquel balón.

Este pasado domingo, ante de anotar su golazo, en ausencia del sancionado Zapater ante el Lugo, Buff ya había vuelto a probar con el balón quieto un par de minutos antes, pero se le marchó fuera. Insistió, no sin antes litigar con Papunashvili, que quería lanzar la falta que le trajo el premio a Buff y al Real Zaragoza en el 83. El suizo se sabe un jugador ducho en el arte de los tiros francos directos.

En la plantilla zaragocista hay buena pólvora para buscar goles por este medio, el balón detenido al borde del área. Zapater ya probó a Varas, el portero del Granada, en el segundo partido de liga en La Romareda. Una falta suya pudo suponer la victoria si no llega a tocar el guardameta visitante para desviar el tiro al poste, también en el minuto 80. Y el propio capitán ejeano, el día en el que anotó en Oviedo por la escuadra, había amagado en el minuto 2 justo por el mismo sitio, pero el portero ovetense tocó lo justo para que la pelota diera en la escuadra y se saliera fuera. Estuvo Zapater a punto de hacer un doblete de falta directa ese día. Y, como caso más raro y reciente, cabe recordar la falta que lanzó al larguero, con maestría, en el campo del Albacete el otro suizo del equipo, Simone Grippo. Un central que gusta de lanzar las faltas asimismo. Tal vez de aquí a junio esta nómina de goles con este perfil se amplíe progresivamente.

Así pues, Zapater (2) y Buff ya suman tres goles de falta en esta temporada. El actual equipo está a una diana de igualar el registro de la temporada pasada, en la que fueron 4 los goles así marcados: 3 de Lanzarote (dos al Levante en Valencia y uno al Alcorcón en Zaragoza) y uno de Edu García (al Sevilla Atlético en La Romareda), ambos jugadores, curiosamente, jugando ahora en la liga de India. Y ya ha superado lo conseguido en este apartado por la plantilla de hace dos campañas, que se quedó sin marcar un solo gol de falta, y también la de hace tres cursos, en la que solo se dieron 2 tantos por este mecanismo: uno de Willian José en Lugo y otro de Jaime en La Romareda al Recreativo de Huelva.