Un impulso en La Romareda

El Real Zaragoza busca una victoria contra el Lugo que le refuerce en su estadio y acelere una mejora en la tabla. Natxo González recupera a Guti y medita la entrada en el once de Buff.

Natxo González conversa con Eguaras y Verdasca en un entrenamiento en La Romareda.
Natxo González conversa con Eguaras y Verdasca en un entrenamiento en La Romareda.
Oliver Duch

El Zaragoza vuelve a La Romareda, a su estadio, al lugar en el que en 2018 le ha devuelto las constantes, el rendimiento, los puntos y una razón para pensar en una escalada clasificatoria. Recibe al Lugo (20.30/Gol TV), uno de los conjuntos más estables y competitivos de la categoría, aspirante al ascenso, en un partido en el que busca reforzar su papel como local, cuestión esencial e innegociable para abrir brechas por abajo y reducirlas por arriba. La Segunda División resulta tan inescrutable, democrática, abierta y plagada de empates que recompensa por encima del precio habitual de tarifa a aquellos conjuntos que se fortalecen en su estadio. Para ponerse arriba, basta con robustecerse como local. Ejemplo palmario este año es el Granada: el Granada no gana fuera desde octubre pero acumula ya seis triunfos en Los Cármenes. Arañando algún punto fuera de vez en cuando, le vale para estar arriba. Si ya se arañan muchos puntos fuera también, el resultado es el Huesca, otro conjunto inexpugnable en su estadio.

Por eso, el curso natural del Zaragoza para salir a flote pasa por mantener su última tendencia en La Romareda y erradicar su comportamiento casero de 2017, con solo 4 victorias en todo el año. Si el Zaragoza convierte su estadio en un argumento poderoso, la inercia competitiva lo llevará arriba. Pero, para eso, hay que ganar partidos. El Lugo es el próximo visitante en La Romareda. Un rival que no tiene nada que ver con Tenerife o Córdoba, partidos en los que el Zaragoza tuvo momentos para sentenciarlos y ampliarles la ventaja, y en los que sufrió más de lo que su juego indicó.

El Lugo, bien reforzado este invierno con Jaime, Chuli o Álvaro Lemos, lleva todo el año arriba, moviéndose en zona de promoción, entrando y saliendo, pero con un paso constante. Es un equipo con un entrenador que cuida la pelota, Francisco, quien ya ascendió al Almería, un técnico con mirada valiente y pulso ofensivo. Tiene jugadores para ello, como Jaime Romero, Cristian Herrera, Fede Vico, Iriome, Chuli, Campillo… La clave en su doble pivote, el timón y trabajo de Seoane, todo un clásico, jugador para algo más que Segunda, y Azeez, quien incorpora fibra, agitación, llegada, ida y vuelta. Los gallegos suman cinco jornadas invictos, las dos últimas empates, y asegura una tarde de sudores en La Romareda. Francisco recupera a Josete, aunque en la zaga apunta a seguir Luis Ruiz. Por su parte, tiene lesionados de larga duración a Edu Campabadal, Sergio Díaz y  Francisco Fydriszewski; y ha descartado al aragonés Sergio Gil.

En el Zaragoza, Natxo González recupera a Raúl Guti y eso es media vida para el rombo del centro del campo armado por el técnico. Suplirá al sancionado Zapater. El entrenador ha optado en el último mes por darle continuidad a la formación y no se esperan grandes cambios. Quizá, uno de ellos, puede venir de lateral derecho, con Delmás relevando a Benito, o, sobre todo, en la mediapunta, donde puede aparecer Oliver Buff. En cualquier cosa, ni el fondo ni la forma del Zaragoza presentarán variaciones profundas.

Tampoco el objetivo: una victoria que permita alivios clasificatorios. La zona de descenso está a dos puntos y, hasta ella, el Zaragoza tenía 7 equipos al comienzo de la jornada. Con un triunfo contra el Lugo, las distancia de seguridad, por pura cuestión matemática, volvería a abrirse y los corazones a relajarse.

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