Reto en Alcorcón

Cada vez más firme en La Romareda, el Zaragoza necesita volver a producir a domicilio para confirmar su mejoría. Hoy, en el estadio Santo Domingo, se calibrará la nueva dimensión del equipo.

Bruno Perone, en plena actividad, en la sesión preparatoria de ayer en la Ciudad Deportiva.
Bruno Perone, en plena actividad, en la sesión preparatoria de ayer en la Ciudad Deportiva.
Toni Galán

El nuevo año ha cambiado al Real Zaragoza. Eso dicen las matemáticas, traslación numérica del rendimiento de un equipo. En 2018, el conjunto aragonés por fin se ha consolidado como local, sujetando siete de los nueve puntos que se han dirimido en La Romareda. Dos victorias y un empate no solo han apartado un tanto al equipo del león rampante de las brasas del descenso, sino que le han permitido por fin alterar una tendencia peligrosísima en cualquier categoría: el Zaragoza había cerrado 2017 sumando más puntos a domicilio (12) que al calor del hogar (11). El primer paso, adquirir fortaleza como local, ya se ha adquirido. Hoy, después del fiasco de Granada, aparece un nuevo reto a domicilio para calibrar las verdaderas posibilidades del cuadro que gestiona Natxo González. Si los puntos en casa aseguran la permanencia, los puntos a domicilio abren nuevos caminos. Sin hacer nada extraordinario, el Zaragoza se encuentra a día de hoy a ocho puntos de la promoción. Si es capaz de volver a sumar (mejor de tres en tres, claro...) fuera, lo posible se convertirá en probable. Sí, pese a todo, solo estamos a ocho puntos...

La semana nos recordó que Borja no se arruga. Lo suyo es meter goles, labor para la que fue contratado y que no viene realizando últimamente ni de penalti. Eso sí, el ariete sigue dando la cara, y asegurando que se atrevería a lanzar de nuevo desde el punto fatídico. No se arruga, decía. Bueno sería que hoy regresara al sendero del gol. Desde los 11 metros o desde donde sea. El estiaje del principal caudal goleador zaragocista lo ha paliado el manantial goleador de Jorge Pombo. Ya marcó el gol de la victoria ante el Rayo. Este año, los dos últimos triunfos, ante el Tenerife y el Córdoba, han llevado su rúbrica. Dos goles, seis puntos. Poco más que decir. La verdad verdadera del fútbol reside en el campo. El repunte zaragocista no se entiende sin la singularidad de Pombo.

Detrás de Borja y Pombo, Natxo volverá a ubicar a Febas, del que tanto seguimos esperando. Más atrás, Eguaras, solo, como a él le gusta y como se siente más desarrollado con la pelota. Sin la pelota es otro cantar que el otro día ante el Córdoba moduló un soberbio Zapater. Este sistema no le va demasiado, pero el ejeano se adapta a todo. Dio el gol a Pombo y ofreció un curso de corte y confección. Y eso que ahora lo vemos a la siniestra... En la diestra, Javi Ros. La defensa sufrirá la novedad de Perone, obligado a debutar por la lesión de Grippo. El careo de esta tarde significa un test de calidad para esta zona especialmente. Las dos porterías a cero encadenadas en La Romareda deben trasladarse también fuera de casa. Benito, Verdasca y Lasure arroparán, junto a Perone, a Cristian Álvarez.

Como pueden leer con anterioridad, el once lo hemos descrito desde delante hacia atrás. Es decir, como el Córdoba. Es decir, como no se hacen los equipos, que se deben construir desde atrás hacia adelante. Cuidado, el Alcorcón no es el Córdoba, como ya demostró en La Romareda en la ida. Su entrenador tampoco es el inexperto Jorge Romero, que en Zaragoza permitió que lanzara el penalti el recién incorporado Alejandro Alfaro estando en el campo Sergi Guardiola y Javi Lara. Menos mal... Armado hasta los dientes, el Alcorcón de Velázquez sabe defender su territorio. Hoy será baja el cerebro Dorca, cuya cabeza pudo cambiar el futuro del Zaragoza en Las Palmas. Ese maldito larguero que defendía Casto... Curiosamente, el portero que hoy cuidará la gatera del Alcorcón. El reto es batirle. El reto es ganar a domicilio, en la carretera, en Alcorcón.

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