Un Córdoba en mutación institucional y deportiva

El próximo rival del Zaragoza acaba de cambiar de propiedad, con el controvertido Luis Oliver de nuevo en el foco de la polémica.

Jesús León, nuevo presindente del Córdoba, y Luis Oliver, director general deportivo.
Jesús León, nuevo presindente del Córdoba, y Luis Oliver, director general deportivo.
Jordi Vidal/El Día de Córdoba

Comparece este viernes en La Romareda un Córdoba en pleno proceso de mutación. Deportivo y, sobre todo, institucional. El rival contra el que el Real Zaragoza disputa un partido trascendental atraviesa estos días un momento crucial en su historia. El club andaluz, que vive una temporada aciaga en lo futbolístico, cambió el pasado viernes de propiedad después de un proceso de compraventa que se ha dilatado durante varios meses. Finalmente, después de numerosas negociaciones y de dar por cerrado el acuerdo en un par de ocasiones, Jesús León ha comprado el 98,7% de las acciones a Carlos González, máximo mandatario de la entidad desde 2011. Fuera de la propiedad -no así de la estructura del club- ha quedado en el último momento Luis Oliver, el polémico empresario navarro que ha gravitado en los círculos del Real Zaragoza en diferentes episodios -el último en la venta de la SAD por parte de Agapito Iglesias- y que en 1988 se presentó a unas elecciones contra José Ángel Zalba.

Desde entonces, ha sido presidente del Xerez, máximo accionista del Cartagena y miembro del grupo empresarial que compró el paquete accionarial del Betis a Manuel Ruiz de Lopera. Los impagos, las acusaciones de maniobras ilegales y los presuntos delitos societarios siempre han acompañado a su controvertida figura. Su hijo, Luis Oliver Sierra, sigue hoy como consejero del Betis.

En el caso del Córdoba, la primera intención de Jesús León, hoy ya presidente, era adquirir el paquete accionarial al cincuenta por ciento junto a Luis Oliver. Sin embargo, el antiguo máximo accionista vetó la entrada de Oliver en la propiedad. Hubo problemas en las garantías de los avales y La Liga tampoco apoyó los modos de la operación. "Lo lamento por Jesús León, que es una persona que quiere ser y ha luchado para ser presidente del Córdoba, pero se ha equivocado de compañero de viaje", explicaba el antiguo presidente hace dos semanas, en referencia al empresario navarro, para justificar su paso atrás en la venta.

La solución final para desenredar el proceso de compraventa ha sido apartar a Oliver de la propiedad pero ubicarlo en un puesto de máxima responsabilidad como es el de director general deportivo. De este modo, el controvertido empresario será el encargado de liderar la reestructuración deportiva de la entidad pero no formará parte del accionariado. Sí que contará en el nuevo Consejo de Administración con la presencia de Joaquín Zulategui, un abogado de su máxima confianza.

En puertas de una revolución

Con Jorge Romero como entrenador, el tercero del curso tras Luis Miguel Carrión y Juan Merino, el Córdoba se encuentra a siete puntos de la salvación, una distancia que recortaron el pasado fin de semana después de una importante victoria en casa frente al Albacete (1-0).

La nueva hoja de ruta deportiva tiene marcados hasta seis fichajes. Un revolución invernal en toda regla. La intención es firmar tres defensas, dos centrocampistas y un atacante, para lo que necesitan la aprobación presupuestaria de La Liga para no incumplir el límite salarial. Para hacer hueco a los nuevos, el club ya ha facilitados las salidas del exzaragocista Jaime Romero, que se ha ido al Lugo, y de Dani Pinillos, que se ha marchado a la Segunda División inglesa.

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