El Real Zaragoza se reencontró con la victoria en un buen partido frente al Tenerife

Los blanquillos ganaron 1-0 al Tenerife, con un gol de Pombo, en un duelo en el que pudieron marcar varios tantos más. Borja Iglesias falló un penalti.

Real Zaragoza- Tenerife
Real Zaragoza- Tenerife
Toni Galán

Ya está. Se rompió por fin otra fase de resultados adversos con el triunfo del Real Zaragoza por 1-0 ante el Tenerife en el inicio de la segunda vuelta de la liga y se corta de raíz el atasco de puntos que venía sufriendo el equipo que dirige Natxo González desde el anterior triunfo, aquel de Gijón seis semanas atrás. Un gol de Pombo en los primeros minutos fue suficiente para doblegar a un rival que solo en la fase final del envite puso en algún apuro a la defensa zaragocista, pues el juego de los blanquillos fue siempre mejor y debió desembocar en un marcador bastante más amplio del que al final se dio en La Romareda. Necesitaba el Zaragoza los tres puntos y los logró con destellos de crecimiento en muchas fases del encuentro.

La lluviosa noche presentaba el refuerzo de la presencia de Borja Iglesias en el ataque, lo que de inicio agrandaba el potencial ofensivo de los blanquillos frente al Tenerife, que tenía las bajas por sanción de Longo, Víctor Casadesús, Carlos Ruiz y Cámara, además de la de Tyronne, enfermo a última hora. El goleador zaragocista volvía al once inicial de Natxo después de su ausencia el último día ante el Barcelona B a causa de una lesión muscular en la zona inguinal, lo que dejó en el banquillo a Vinícius. Además, el técnico zaragocista decidido cambiar el lateral derecho de la defensa, por lo que Delmás fue suplente y retornó a la titularidad Benito. La tercera novedad fue la presencia de Febas en vez de Papunashvili.

El partido arrancó con un Real Zaragoza eléctrico, enchufado al juego combinativo y con llegada al área chicharrera. Pombo, en la primera jugada, ya pudo marcar, pero tras dos quiebros en el área su disparo no contactó bien con el balón, que acabó incluso fuera de banda. Borja Iglesias, muy activo, tras una pared con Benito en el minuto 3, remató en el área pequeña y cuando el balón entraba, el central Alberto se cruzó a tiempo para desviar a córner. Olía a gol, y el gol llegó enseguida. En el 6, como culminación de una gran jugada colectiva, Eguaras hilvanó con Borja Iglesias en el área y la dejada a la primera del ariete la remató con clase y colocación Pombo, por raso, superando la estirada inútil de Dani Hernández. Esta vez, el Zaragoza sí había podido sacar provecho de sus buenos primeros minutos.

El Tenerife quedó aturdido. Ido del partido desde el pitido inicial. Y los de Natxo prosiguieron con su toque, su fútbol ágil, en busca del segundo. De nuevo Borja Iglesias, en el 13, tuvo a mano el 2-0. Eguaras filtró una falta frontal a la espalda de los centrales chicharreros y dejó solo al delantero compostelano, pero Iglesias remató al aire, no encontró la pelota en su media vuelta a quemarropa y el tanto se fue al limbo.

En el minuto 20 se produjo una distorsión del ritmo dominador de los aragoneses. La lesión del central visitante Aveldaño, que necesitó asistencia médica en un hombro y, finalmente, fue sustituido, rompió la inercia y el juego decayó sensiblemente. Aun así, con la comodidad que le daba su total superioridad con el balón en los pies, el Real Zaragoza fue capaz de generar otra nítida ocasión en el 26. Borja Iglesias se quedó mano a mano ante el guardameta tinerfeñista, algo forzado, tras un pase de Febas en el área. Su remate lo sacó a córner de nuevo el central Alberto cuando la pelota se iba adentro. El equipo de Natxo podía haber resuelto, perfectamente, la necesaria victoria en este sobresaliente tramo inicial del duelo, pero solo atinó en una de sus opciones claras ante el marco del venezolano Hernández.

Ahí, José Luis Martí, el entrenador del Tenerife, no dudó en hacer un cambio táctico al ver que su equipo no funcionaba en ningún sentido. Pese a haberse visto a ejecutar una sustución por lesión, en el minuto 30 quitó del campo al delantero Villar para meter a un ‘9’ puro como Malbasic, en busca de alternativas en el juego aéreo y directo. Y rápidamente encontró señales de vida que preocuparon al Zaragoza. En segundos, le fue anulada una jugada de gol a Juan Carlos, que arrancó solo hacia Cristian Álvarez en fuera de juego, por un centímetro. Y en el 31, el recién salido Malbasic, cabeceó solo, a placer, un centro del propio Juan Carlos y Cristian Álvarez respondió con una gran parada en dos veces, que salvó el empate, marcador que hubiera resultado injusto e increíble visto lo visto hasta esos momentos.

De ahí al descanso, se vivió un cuarto de hora insulso bajo la intensa lluvia que caía sobre La Romareda que, eso sí, no encharcó la hierba como siete días antes frente al Barcelona B. Al Real Zaragoza se le esbafó en cierta medida el gas del principio y, salvo un par de subidas al ataque de Lasure, no dio señales de peligro en el área adversaria. El intermedio fue, en esta ocasión, más apacible que en los partidos precedentes. No solo tenían ventaja los muchachos de Natxo, sino que se mostraban mejores que el Tenerife y se respiraba un ambiente de mayor confianza que en cualquiera de las semanas anteriores.

El equipo se movió a gusto con el sistema asimétrico propuesto por Natxo, que dejó toda la banda derecha para Benito, sin extremo en ese lado, pues Febas actuaba de verso libre por toda la zona ancha de la segunda línea de creación y ataque. Pombo tuvo un epílogo de partido brillante por la izquierda, lo mismo que Eguaras en la distribución desde la medular. Y, como se añoraba, Borja Iglesias abrió muchas líneas de pase en cada combinación larga en la punta de lanza del bloque. Fueron los ejes de una ilusionante primera mitad, con un rendimiento global muy parejo de todos los protagonistas, que se esperaba con ansias que tuviera continuidad tras el ínterin del ecuador del partido.

El juego se reanudó con el mismo diapasón del inicio de la noche. Un Zaragoza mandón frente a un rival sin chispa en ataque. El actor principal de los primeros minutos fue Benito, en su faceta atacante, como lateral largo. El catalán llevó a cabo tres buenas penetraciones por la banda, hasta el fondo todas, pero erró lamentablemente en todas ellas a la hora de ejecutar el último pase. En ningún caso encontró a Borja Iglesias o a Pombo en sus centros rasos definitivos. Y, en medio de esa fase de ataque zaragocista, surgió la cristalina ocasión de lograr el 2-0 cuando Borja Iglesias, a su estilo, provocó el claro penalti de Alberto, que lo empujó con descaro en una pugna en el área. En el minuto 55, Iglesias falló la primera pena máxima de la temporada pues, tras engañar a Dani Hernández y tener la portería a su merced, chutó al poste izquierdo por querer ajustar en demasía. Tocaba seguir trabajando la victoria parcial, sin la red de tener un segundo tanto de margen.

No se resintieron los de Natxo de la inevitable decepción que supone siempre marrar un penalti. El timón lo siguió llevando el centro del campo zaragocista, con Ros y Guti más visibles que en la primera parte en sus llegadas desde atrás al área insular. Así, cada uno de ellos tuvo el gol cerca en los dos ataques con veneno que llegaron a continuación. En el minuto 59, Raúl Guti ensayó el disparo desde fuera del área (como el día del Barça B y tal y como les solicitó a todos el entrenador durante la semana), pero la pelota salió alta por poco. Y en el 65, Ros cabeceó en el segundo palo una falta lateral lejana y, cuando la pelota entraba, la sacó a córner de cabeza Camille, diluyendo el grito de alegría que ya se iniciaba en las gradas.

Pombo volvería a gozar de otro balón franco en el área, colofón de una bonita jugada colectiva en el 69, pero se le marchó alto en una posición favorable. Y un minuto después, en uno de los varios contragolpes peligrosos del Tenerife patrocinados por el propio Zaragoza al no saber acabar bien las jugadas largas cerca del área canaria, el zaragocismo se sobresaltó con un golazo de Suso Santana, por la misma escuadra derecha de Álvarez, que por fortuna fue anulado correctamente por Cuadra Fernández al partir el punta visitante en evidente fuera de juego. Era un aviso del riesgo que corrían los zaragocistas por no haber cerrado mucho antes la distancia en el tanteador. Quedaban 20 minutos con todo abierto. Natxo no había hecho cambio alguno, muestra de que el equipo estaba ofreciendo un rendimiento uniforme, sin evidencias de que fuese necesario un refuerzo extra desde el banquillo. De hecho, la primera sustitución llegó en el 80, cuando Febas dejó su puesto a Vinícius.

La recta final del duelo trajo dudas a los zaragocistas ante los últimos coletazos del Tenerife en su búsqueda de la igualada. El equipo de Natxo, por primera y única vez en la noche, perdió la iniciativa y tuvo que pertrecharse atrás para guardar a su portero. Los canarios colgaron infinidad de balones, que provocaron rebotes, segundas jugadas llenas de incertidumbre. Pero, felizmente para los blanquillos, en ninguno de ellos encontraron la luz del remate a gol y el tanto tempranero de Pombo acabó valiendo una victoria crucial, imprescindible, que alivia de forma sobresaliente la dinámica del Real Zaragoza en el último mes y lo vuelve a alejar de la zona baja de la clasificación.

Se trató de un partido bien jugado, trabajado como equipo en cada momento y al que solo cabe ponerle el pero de no haberlo vencido con más goles de diferencia y sin el inevitable sufrimiento final. Quizá sea el punto de inflexión que requiere el vestuario para iniciar la remontada que, durante los días previos a este inicio de la segunda vuelta, todos han deseado en voz alta. La liga comienza en su segunda manga para el Real Zaragoza con un triunfo. Un éxito de valor extraordinario porque, además, es en La Romareda, su talón de Aquiles en los primeros cinco meses de la competición.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Benito, Grippo, Verdasca, Lasure; Eguaras, Javi Ros (Delmás, 93), Raúl Guti; Febas (Vinícius, 80), Pombo (Zapater, 87); y Borja Iglesias.

CD Tenerife: Dani Hernández; Luis Pérez, Aveldaño (Jorge Sáenz, 21), Alberto, Camille; Aitor Sanz, Vitolo; Suso Santana (Brian Martín, 76), Juan Carlos, Acosta; y Villar (Malbasic, 30).

Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Amonestó a Camille (12), Borja Iglesias (82) y Raúl Guti (85).

Goles: 1-0, min. 6: Pombo.

Incidencias: Noche muy fría en Zaragoza, con 5 grados y alta humedad. Llovió incesantemente desde una hora antes del partido, por lo que el campo estuvo mojado. En las gradas, floja entrada, alrededor de 12.000 espectadores. Borja Iglesias falló un penalti en el minuto 55.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión