El propósito de enmienda general, lema del parón navideño en el Zaragoza

Simone Grippo, portavoz de la caseta este jueves, reitera el mensaje de cambiar de rumbo 180 grados a partir del triunfo ante el Barcelona B este próximo sábado.

Simone Grippo, en rueda de prensa.
El propósito de enmienda general, lema del parón navideño en el Zaragoza
El propósito de enmienda general, lema del parón navideño en el Zaragoza

No queda otra. Cambiar radicalmente el camino llevado a cabo desde agosto a diciembre, en la primera fase de la liga. El Real Zaragoza, que llegó abatido a las fiestas navideñas después de tres partidos huecos y carentes de contenidos futbolísticos que lo despeñaron hasta la 15ª posición en la clasificación (derrotas ante Cádiz y Valladolid y empate a cero con el Albacete, un punto de nueve), ha aprovechado las casi tres semanas que van a transcurrir hasta la reanudación del torneo para autoimponerse un severo propósito de enmienda.

Simone Grippo, como con anterioridad hicieron en las últimas fechas varios compañeros de vestuario, técnicos y ejecutivos del club, insistió este jueves en la idea. Como si se tratase de establecer un antes y un después, de romper con medio año de predominio de los malos pasos y trasladarse a un estadio opuesto donde reine el positivismo y la reacción visible cada fin de semana, el Real Zaragoza quiere hacer de 2018 un lugar apacible en el que tengan preponderancia las buenas vibraciones y la solvencia. Todo, sin que ningún protagonista de la película cambie de lugar ni rol. O sea, a base de modificar de forma extraordinaria la aplicación, el rendimiento y los réditos del trabajo individual y colectivo de los mismos sujetos activos en el desarrollo del fútbol blanquillo.

El central suizo de 29 años martilleó de nuevo en los retos ya escuchados en este ínterín que une el 19 de diciembre (fecha del último choque en Zorrilla) con el 6 de enero, el inminente sábado, en el que vuelve la liga a La Romareda con la visita del Barcelona B, cuarto por la cola, equipo que marca ahora el descenso a Segunda B con solo 3 puntos menos que los zaragocistas. "El equipo está con muchas ganas de ganar estos dos partidos seguidos en casa que vienen ahora (después del filial azulgrana, se iniciará la segunda vuelta también en Zaragoza ante el Tenerife). Tenemos ganas de responder a la derrota última en el partido de Valladolid. Solo pensamos en la hora en la que comience el partido de este sábado", comenzó indicando el helvético.

"Tenemos un objetivo en el nuevo año: mejorar los resultados en casa. La Romareda tiene que ser un fortín para nosotros. El año pasado, no solo en esta temporada, el Real Zaragoza no ha sacado lo puntos que necesita en casa", subrayó acudiendo de nuevo a lugares comunes en otras comparecencias recientes.

Grippo, que volverá a formar dupla de centrales ante el Barça B con Verdasca (una vez cumplida la sanción de dos partidos por expulsión del portugués y ante la baja por lesión de Mikel González), lanzó un guiño a la afición para que, desde las tribunas, también se haga borrón y cuenta nueva y se releguen a segundo plano los paladares agrios de los últimos tiempos vividos antes de los turrones y las uvas. "Es importante que la gente vea en el estadio que salimos a por los 3 puntos. Que esté con nosotros, que nos eche una mano. Solo juntos saldremos de esta situación. Somos un equipo muy joven, nuevo, y ya me dijeron cuando llegué que la Segunda División es muy complicada", repicó el defensor suizo con argumentos ya consabidos.

Así nace 2018 en los interiores del Real Zaragoza. Según se acerca de nuevo la competición, aflora el sentimiento de máxima responsabilidad en los protagonistas del equipo. De ahí abajo solo pueden salir de una forma: ganar y ganar partidos en largas series de aquí a junio. Es decir, lo inverso a lo hecho en el primer trecho de la liga. Esa es la puerta de salida del laberinto.

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