Zapater llama a la reacción zaragocista

El capitán, con marcada autocrítica, subraya la necesidad de blindar La Romareda para remontar en la segunda vuelta. También indica la obligación de empezar a ganar partidos y enlazar una racha positiva que se alargue en el tiempo.

Alberto Zapater, ayer al regreso de las vacaciones de Navidad durante el entrenamiento.
Alberto Zapater, ayer al regreso de las vacaciones de Navidad durante el entrenamiento.
Toni Galán

Como estaba previsto, el primer portavoz del vestuario del Real Zaragoza en el regreso de las vacaciones de Navidad fue este miércoles Alberto Zapater, el capitán del equipo. Y el ejeano, con su habitual franqueza y discurso directo, estableció las líneas básicas por las que ha de reconducirse el equipo desde ya mismo para eludir el peligro de la cola de la clasificación y, paso a paso, poder aspirar a medio plazo a cotas más ilusionantes.

La plantilla, a estas alturas de diciembre, es sabedora del deficiente rendimiento que han dado. También conocen el nerviosismo generado dentro y fuera del club por esas taras en su solvencia. Zapater, de entrada, dejó una idea crucial, tal vez la mollar, de cara a lo que resta de campaña, que es la mitad: lograr, como sea, que el Zaragoza sea un bloque rentable cuando juega como local, cosa que no ha sucedido hasta hoy. "En casa es, al final, donde se nos está yendo todo. Perdemos muchos puntos y tenemos que lograr que La Romareda sea un fortín. Si hubiéramos sacado lo que debíamos, estaríamos mucho mejor", espetó el cincovillés con sinceridad cristalina.

Ganar y enlazar varias victorias

Del lío clasificatorio en el que se ha metido el Real Zaragoza tras las primeras 20 jornadas, a solo tres puntos de la zona de descenso y alejado a 11 puntos de la promoción de ascenso y a 13 del ascenso directo, solo puede salirse a base de victorias, de un flujo constante de rentas que lleguen en una tacada enlazada de jornadas. El remedio requiere de rapidez, ya no será suficiente un ritmo cadencioso de puntuación como en otras fases más incipientes del campeonato. En el vestuario son conscientes: "Yo no soy mucho de estadísticas. Pero cuando llevas unas cuantas jornadas, las podemos sacar. Vosotros (por la Prensa) y nosotros. Y está claro que no estamos consiguiendo una dinámica buena de resultados seguidos en lo que va de liga", admitió el capitán.

"Si hubiéramos ganado los dos últimos partidos, nos hubiese permitido estar ahora en un buen lugar en la clasificación. Pero, aun así, no habríamos hecho las cosas bien en la primera parte de la liga", apostilló en tono de autocrítica a modo de acicate para que todo el mundo entienda lo que a partir de ahora es preciso ejecutar cada fin de semana.

Porque la moraleja de este análisis tan nítido todavía puede extraerse con tintes optimistas. Aún es posible pensar, soñar, desear un camino apacible y lleno de vivencias positivas si el Real Zaragoza, sus sujetos protagonistas, son capaces de reconducir sus malos pasos. Zapater cerró así las coordenadas que debe seguir el equipo a partir de que la liga se reanude el 6 de enero, en La Romareda ante el Barcelona B y, de inmediato, una semana después, con otro partido en el estadio municipal frente al Tenerife: "La igualdad te permite que, pese a todo, puedas estar aún en disposición de engancharte a la parte de arriba de la tabla. Ahora tenemos dos partidos seguidos en casa que, esperemos, seamos capaces de sacar adelante".

Asumir errores para repararlos

Alberto Zapater apuntó en voz alta una asunción de responsabilidades en toda regla: "Cuando no se están haciendo las cosas bien, es bueno desconectar. Ese es el lado positivo de este parón: que la gente haya podido descansar para que todo el mundo venga con ganas y afrontar el 2018 esperando que cambie la cosa".

La plantilla tiene presente que su mala praxis ha derivado en la acumulación de dudas sobre ellos mismos y, por elevación, sobre el entrenador, Natxo González. Zapater evitó entrar en valoraciones profundas sobre la cumbre entre directivos y ejecutivos del club llevada a cabo horas antes (el martes) con los miembros del Consejo de Administración de la SAD, el director general (Luis Carlos Cuartero), el director deportivo (Lalo Arantegui) y el técnico (Natxo) como protagonistas de un profundo análisis de la delicada situación deportiva actual. El capitán se ciñó a esta breve respuesta: "La reunión la veo como una más del club. No la veo más allá. El club hizo lo que tiene que hacer".

Tampoco escapa al conocimiento del vestuario el alto valor que toman los dos próximos partidos, que se jugarán bajo una presión máxima. "El problema es que, así, son muchos los partidos que, cuando los afrontas, parecen una final. Son solo tres puntos, pero que tienes que ganar. Se te van escapando trenes... y viene la urgencia de puntos, de verte mal en la clasificación. A todos nos gustaría vernos en otro lugar, sentir que tu trabajo tiene recompensa. Si no sucede así, afecta a todo. Puede ser que el partido ante el Barcelona B, por esto, tenga esos tintes de final", expuso.

Como pauta definitiva, Zapater extrajo sustancia positiva para indicar cuál debe ser el camino de la rehabilitación del Real Zaragoza a partir de enero. "Creo que somos el mismo equipo que hace unos meses ilusionó a la gente. Y creo que podemos volver a serlo. Muchas veces, lo difícil de esto es saber gestionarlo. Pese a los malos resultados, el fútbol puede cambiar. El fútbol siempre ilusiona, es lo bonito de esto. Y la mentalidad que hay que tener es que en 2018 todo va a cambiar", redondeó su pensamiento.

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