Un mercado difícil

Los límites salariales y la cotización de los refuerzos potenciales restringen las posibilidades de fichar del Real Zaragoza en el próximo periodo de incorporaciones.

El Real Zaragoza ya tiene asumido que su actual laberinto deportivo no tiene en el mercado de fichajes de enero la vía principal de solución, tal y como sucedió en las dos temporadas precedentes y evidenciaron las dos revoluciones que precisó la plantilla. Esta vez, los análisis y reflexiones internas, en todas las esferas del club, concluyen que no es necesaria una fuerte sacudida a la plantilla.

Durante esta última semana, se han reproducido los contactos y reuniones para examinar las posibilidades de fichar durante la segunda ventana ordinaria de inscripción de futbolistas. En todo caso, la idea sería apuntalar la plantilla en un par de posiciones concretas; nunca, salvo giro de los acontecimientos previsto, realizar profundas transformaciones, como en las más recientes campañas.

Así lo entienden el entrenador Natxo González y el director deportivo Lalo Arantegui, conscientes, además, de la realidad económica del club y limitados también por los topes salariales de la Liga, ahora mismo cubiertos.

El Real Zaragoza apenas cuenta con margen de maniobra en el mercado que se abre el 1 de enero y que permitirá operaciones hasta el final de mes. Este marco restringe notablemente cualquier plan de refuerzos o de consolidar la plantilla con un par de jugadores más. El mercado no es fácil y la única puerta para acceder, a fecha de hoy, a él es la salida de futbolistas del plantel actual, ya sea en forma de cesiones, traspasos (complicado) o acuerdos para la rescisión de contratos. Esto permitiría liberar un espacio salarial determinante para acometer la llegada de posibles refuerzos.

La alternativa para elevar ese techo de gasto, ahora situado en 5,651 millones de euros (el 14º de la categoría), incluyendo unos 650.000 euros de gasto del equipo filial y la Ciudad Deportiva, es acreditar ante la Liga nuevos ingresos ordinarios, principalmente, procedentes de acuerdos de patrocinio, comercialización o venta de abonos. Una vía que, como ya advirtió la pasada semana el presidente Cristian Lapetra: "Tenemos que escuchar al técnico y a la dirección deportiva. Si hubiera alguna salida lo valoraríamos. El límite salarial está consumido en su totalidad y ahora es complicado acreditar nuevos ingresos, así que probablemente no haya ninguna incorporación. La dirección deportiva está satisfecha y todo hace indicar que esta plantilla es la que acabará la temporada".

Un discurso institucional en la línea del esbozado también por Lalo Arantegui, quien desde hace varias semanas trazó un mapa en el que no constaba, como prioridad, la incorporación de nuevos futbolistas, salvo que las circunstancias lo permitieran. Esto no ha evitado que, desde el club, se haya estudiado en las últimas semanas posibles operaciones y sondeado refuerzos potenciales.

Ahí, el Zaragoza se ha encontrado con otro escollo: la elevada cotización de aquellas piezas sugerentes en el mercado debido a la competencia en la categoría. El club aragonés, si se da la situación, solo contempla incorporar jugadores que eleven realmente la estatura deportiva de la plantilla. No se ficharía por fichar, sino para mejorar el nivel medio. El Zaragoza ha advertido que este tipo de jugadores con atractivo, especialmente, sin minutos en clubes de Primera o en escuadras de Segunda División, cuentan con varios aspirantes en la categoría. Una alta demanda que, en consecuencia, incrementa el valor de los jugadores y deja al Zaragoza en una situación de desventaja, bajo el riesgo, además, de caer en el sobrepago. Un error que no se quiere cometer.

Un enero sin revoluciones

En las dos últimas temporadas, el Zaragoza efectuó reformas profundas en su plantilla. Hace dos campañas, tras firmar a Lluis Carreras (y Narciso Juliá como director deportivo), el Real Zaragoza cerró enero con cinco incorporaciones: los delanteros Dongou y Lanzarote, los centrocampistas Javi Ros y Culio y el central Guitián. El curso pasado, se repitió número de refuerzos, cinco. Llegaron el portero Saja, los defensas Feltscher y Jesús Valentín, más el medio Edu Bedia y el delantero Samaras, fichaje cerrado fuera de plazo. Las otras dos temporadas de actual ciclo en Segunda del Real Zaragoza dejaron movimientos tímidos. A Paco Herrera se le fichó al central César Arzo y a Ranko Popovic, un año después, en la 14-15, se le brindó el fichaje del centrocampista Natxo Insa.

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