Los intocables de Natxo

Alberto Zapater y Borja Iglesias son los únicos futbolistas del Zaragoza que han sido titulares en liga siempre que el técnico vitoriano los ha tenido disponibles.

Alberto Zapater y Borja Iglesias, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Los intocables de Natxo
Toni Galán

La titularidad en el Real Zaragoza con Natxo González ha cotizado al alza en los primeros meses de temporada. El mismo entrenador ha recalcado en más de una ocasión que la línea que separa jugar un domingo de caerse de la convocatoria al siguiente es muy delgada. Sirva como ejemplo el caso de Raúl Guti en el partido contra el Reus: titular en Almería y asentado en los planes de Natxo en el último mes, hasta que el técnico decidió descartarlo y mandarlo a los asientos de la grada el pasado sábado. Casi nadie puede considerarse fijo con el entrenador vitoriano, ni se aprecian rangos incontestables y definidos en la plantilla. Las agitaciones en las alineaciones son frecuentes. Al equipo cabe identificarle una osamenta de jugadores más titulares que otros, pero, aun así, casi nadie tiene el puesto garantizado. Si acaso se observan tres excepciones.

Por un lado, el portero Cristian Álvarez, afianzado en la posición desde que desalojó de allí a Álvaro Ratón. Por otro lado, hay dos futbolistas de campo intocables hasta ahora. Dos piezas, las únicas de toda la plantilla, que Natxo González ha considerado insustituibles y que han jugado siempre que las ha tenido a su disposición. Alberto Zapater y Borja Iglesias representan estas figuras sobre las que el entrenador apenas sufre dudas o desvelos. Ellos juegan siempre, sin importar rendimientos, características del rival, matices de los planteamientos o cualquier otra consideración táctica. Para Natxo, la relevancia de Borja Iglesias y Zapater no admite discusión. El delantero ha sido siempre titular en liga. Acumula 1.386 minutos. El centrocampista, por su parte, también ha formado en el once siempre que Natxo ha podido alinearlo: solo se perdió por sanción el encuentro frente al Alcorcón en la cuarta jornada tras su expulsión en Córdoba. Desde entonces, solo ha dejado de jugar los 20 minutos finales de los partidos frente a Numancia y Lorca. Suma 1.286 minutos en liga.

Otros hombres con galones en los planes de Natxo son Mikel González, Toquero o Febas. Pero incluso ellos se han deslizado a la suplencia por razones técnicas en uno u otro momento. Toquero fue el último, este pasado sábado, contra el Reus. Desde que asaltó la titularidad, solo frente a Osasuna había perdido la titularidad. Mikel González, por ejemplo, se cayó del once frente al Rayo Vallecano. Y Febas fue reserva en Huesca. A todos les ha tocado en un momento u otro la rueda de las rotaciones de Natxo. Futbolistas como Eguaras o Buff –dos hombres con los que el Zaragoza ha expuesto sus mejores ratos de fútbol de la temporada– no han terminado de cuajar. El suizo solo ha jugado 22 minutos en las tres últimas jornadas. Y el navarro es el futbolista al que Natxo más ha conducido a la inestabilidad dentro del equipo: salta del once a la suplencia o del once a la grada –como en Huesca– con asombrosa ligereza.

Esta política de rotaciones controladas ha impedido al Zaragoza consolidar su figura, especialmente, en sectores esenciales del equipo como el centro del campo. A excepción de Zapater, en el cuadrilátero que normalmente ha diseñado Natxo en la sala de máquinas, los nombres han ido entrando y saliendo: Eguaras, Ros, Pombo, Guti, Buff, Febas… Un ajetreo llamativo en un equipo en fase de construcción, necesitado de asimilar conceptos y mecanismos.

A esos volantazos, han sobrevivido Borja Iglesias, avalado por sus goles, sus asistencias y su peso ofensivo, y el capitán Zapater, sobre quien Natxo no se ha planteado aún políticas de dosificación: en la balanza de valoración de su juego mandan más los pros que los contras.

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