Frío, viento desapacible, temperatura baja, molestias musculares, efectos secundarios tras el partido frente al Rayo Vallecano... una mezcla de elementos previos al entrenamiento que aconsejó que Borja Iglesias, el delantero titular del Real Zaragoza, no se entrenara en la mañana de este lunes con el resto del equipo. El ariete gallego trabajó, de manera personalizada con los fisioterapeutas, en el gimnasio de la Ciudad Deportiva, mientras el resto de la plantilla lo hacía fuera.

El siguiente partido está a tan solo cuatro días vista, en Almería, y no conviene correr riesgo alguno. No se trata de nada importante, son las cosas habituales que deja la disputa de un duelo de liga tan disputado como el del pasado sábado ante el Rayo, pero mejor seguir los protocolos de la precaución. Borja Iglesias hizo compañía al de nuevo lesionado Benito y en la sesión del martes se le espera ya con los demás. Pura rutina.