Juanjo Camacho es, por su conocimiento y veteranía, una de las voces más autorizadas dentro del vestuario de la SD Huesca. A pesar de que esta temporada ocupa un papel secundario sobre el césped –acumula tan solo 63 minutos de fútbol–, el capitán oscense no esconde su ilusión por la inminente llegada de un nuevo derbi. A sus 37 años, el jugador que más veces ha vestido la camiseta azulgrana prepara el choque contra el Real Zaragoza con la experiencia que le otorga el hecho de haber sido titular en los seis últimos encuentros ante los zaragozanos. "Es una semana que nos ilusiona muchísimo por el tipo de partido que es. Será un día especial, donde vamos a llenar otra vez El Alcoraz y, también, por supuesto, por esa rivalidad regional que hay entre los dos equipos", explicaba ayer el centrocampista, consciente de que el del próximo lunes no es un partido más en el calendario.

Enfrente estará un Real Zaragoza necesitado de victorias, que igual que los altoaragoneses acumula siete jornadas consecutivas sin conocer la derrota en la competición doméstica. "Los dos venimos con buenas sensaciones y buenos resultados. Nuestro objetivo es terminar la temporada lo más alto posible. En su caso (el del Zaragoza), siempre ha sido el intentar ascender. Esa presión la tienen más ellos, que son los que nos tienen que venir a ganar a El Alcoraz. Nosotros no nos vamos a dejar, lo que suma más alicientes para que el choque sea más vibrante", aseguraba Camacho, tratando de traspasar así la tensión a orillas del Ebro.

En el recuerdo permanece el último precedente entre ambos, cuando el Real Zaragoza de Raúl Agné fue capaz de llevarse los tres puntos de un estadio cuyo terreno de juego presentó un estado que dificultó de manera exponencial la práctica del fútbol. "El partido del año pasado tuvo unos condicionantes climatológicos. Fue un partido que teníamos muy controlado, pero que al final se nos fue. A todos nos gusta jugar este tipo de choques con ese ambiente, esa rivalidad, ese contacto, el árbitro... Es uno de los encuentros más bonitos que se puede jugar", expresó.

Un deseo, el de jugar, al que Camacho no renuncia, a pesar de su testimonial presencia este año sobre el césped. "Este año está siendo difícil para mí en ese sentido. Esta semana, debido a como es este partido, todos vamos a dar el máximo para ponérselo difícil al míster. Todos los compañeros van a luchar por ser titular, desde el primero hasta el último, y el entrenador desde el principio ha dejado claro que cualquiera puede entrar en cualquier momento", argumentaba un Camacho que, como el resto de sus compañeros, se aferra al calor de El Alcoraz para sorprender al Real Zaragoza. Los zaragozanos fueron los últimos que extrajeron un triunfo de un campo que, tras 16 choques consecutivos sin derrota, el Huesca ha convertido en un auténtico fortín.