Victoria con poderío del Real Zaragoza ante el líder Numancia, que no lo pareció

Dos goles de Toquero y uno de Borja Iglesias de penalti dieron forma al 3-0 final, merecido por los aragoneses de nuevo con un juego vistoso.

Toquero celebra el 1-0 del Zaragoza ante el Numancia en la Romareda.
Toquero celebra el 1-0 del Zaragoza ante el Numancia en la Romareda.
Toni Galán

Ya está. Se acabó el mal fario en La Romareda. Se disolvió la sensación de que, pese a jugar bien y tener tramos de los partidos de enorme superioridad sobre los rivales, el Real Zaragoza era incapaz de plasmar en el marcador ese poderío. Ante el Numancia, que llegó a La Romareda como líder de la Segunda División tras la 7ª jornada, el equipo de Natxo González fue certero y efectivo en los instantes clave. Marcó sendos goles nada más iniciarse cada tiempo, síntoma letal para cualquier contrincante que esté de por medio, y no dio opción de rectificación a los sorianos cuando estos lo intentaron, sin demasiada fe en toda la noche. Era el día D para reaccionar y los zaragocistas lo bordaron. Este es el camino, sin duda alguna.

El partido comenzó de la mejor manera posible: con el 1-0 a favor de los zaragocistas. Una salida fulgurante, culminada con un pase de Buff al borde del área en busca del espacio que buscó Borja Iglesias, que puso la asistencia al centro para que Toquero, llegando como una gacela desde atrás, metiera la pierna entre los sorprendidos centrales numantinos para empujar la pelota a la red. Impecable. Así, el cuadro aragonés salió del vestuario en ventaja, un bien tremendamente preciado en esta categoría. Obviamente, ese gol marcó el devenir del juego en lo sucesivo.

Los de Natxo González comenzaron a jugar con pausa, con su buen gusto en la combinación, con Febas exquisito, con Toquero rompiendo líneas y abriendo brechas en la zaga roja, con Buff muy enchufado en la mediapunta. El paso de los minutos, no obstante, fue poniendo de relieve que al Zaragoza le faltaba llegar con más contundencia a las cercanías del portero Aitor Fernández. Oyarzun, la sorpresa en la alineación como lateral zurdo (Ángel Martínez fue esta vez suplente) penetraba más por su carril que Delmás por el simétrico. Pero no encontraron apenas a un Borja Iglesias que desde muy pronto se vio metido en una guerrilla provocada por el fiero marcaje de Escassi, consentido en todo momento por el árbitro, el madrileño Pizarro Gómez, y sobre todo por su linier, que se comió media docena de golpes sin balón, susceptibles todos ellos de falta y sanción disciplinaria.

En ese barullo, con varios parones, tarjetas, protestas y líos diversos, el Real Zaragoza perdió la onda y los sorianos salieron beneficiados. Higinio falló un gol a bocajarro en el minuto 21, tras un centro al segundo palo de Nieto, rematando alto a un metro de la puerta. Antes, el Numancia solicitó penalti por una posible zancadilla de Eguaras a Nieto en un balón dividido en el área local. Jugaba mejor el Zaragoza, pero las mejores arremetidas ofensivas eran de los castellanos, eso sí, con cuentagotas.

El Real Zaragoza jugó a ráfagas. Mezcló ratos de juego vistoso, bonito y aplaudido por la grada como cada jornada, con otras fases de falta de sintonía a partir del tercer pase. La última racha buena de fútbol de ataque en los primeros 45 minutos la tuvieron los zaragocistas justo antes del intermedio y en ella Toquero dispuso de una clara opción para el doblete. Remató con potencia en el área un pase atrás de Oyarzun y Aitor sacó a córner como pudo por alto. A la salida de ese saque de esquina, Buff colocó la pelota de rosca en la primera escuadra y el guardameta numantino detuvo la pelota cuando entraba, justo sobre la perpendicular de la raya.

De lo prometedor que se presentaba el duelo con el prematuro gol zaragocista se acabó derivando en un marcador corto a mitad del envite. El 1-0 se quedó corto un día más porque no supieron los de Natxo sacarle más rentabilidad a sus ratos de inspiración. Eguaras y Zapater estuvieron mejor en el corte que la confección. Faltó profundidad en la banda diestra, donde Febas se metió por los adentros y Delmás no asomó demasiado. Quedaba todo abierto para la segunda parte, con esa tradicional incertidumbre del marcador raquítico favorable que los zaragocistas debían saber administrar y aumentar tras el refrigerio.

Arrasate, el entrenador del Numancia, anduvo listo en el descanso y dejó en la ducha a Escassi, que probablemente debió ser expulsado en el primer tiempo (vio la amarilla en un rifirrafe sin balón con Verdasca) y al que se le auguraba poco tiempo sobre el césped de seguir con su actitud beligerante con Iglesias. Pero a los numantinos se les estropearon los planes de reacción enseguida. Porque Toquero, igual que en el primer periodo, marcó el 2-0 en la primera jugada de ataque de la reanudación. Un golazo. Un voleón de primeras en el área después de una pugna de Borja Iglesias con los centrales en un centro provocado por el propio Toquero en una gran acción de Febas. La grada explotó de alegría, como deseaba hacía largo tiempo.

Los de Soria perdieron el norte. Siete minutos más tarde, se inmolaron merced a una acción inexplicable del exzaragocista Diamanka, que pisoteó voluntariamente a Borja Iglesias caído en el área con el balón en juego tras un ataque local. Pizarro Gómez lo vio de cerca y pitó lo que correspondía: roja directa al pivote del Numancia y penalti. El 3-0, transformado magistralmente por el propio Iglesias, apuntillaba el marcador en el 55, con los rojos en inferioridad numérica prácticamente medio partido.

A partir de ahí, hubo una especie de tregua tácita. El Real Zaragoza se sintió ganador y el Numancia quiso guardar las espaldas para no recibir una goleada hiriente. Los minutos fueron pasando entre sustituciones y jugadas sin filo. Aun así, a Toquero le sobró un metro para lograr el triplete en el 63 a centro de Delmás. La pelota acabó dentro, pero el vasco estaba en fuera de juego claro. Natxo metió oxígeno con Ros y Guti, el primero, sorprendentemente como lateral derecho en lugar de Delmás, algo novedoso.

Levantó el pedal el Real Zaragoza y desaprovechó una excelente oportunidad para haber logrado un resultado más amplio. Faltó ambición, algo más de chispa para redondear el inicio de las fiestas. Hasta el perfil de los cambios de Natxo no fue el esperado. Parecía un buen día para dar minutos a Papunashvili y Vinícius en punta, mucho más teniendo en cuenta que es una semana con tres partidos y dosificar a Borja Iglesias y al amonestado Toquero era algo lógico. Cosas de entrenadores. Cuando las cosas vienen así, con el viento de cola, suele ser conveniente sacarles el mayor jugo posible, que sufrimiento y partidos duros de roer habrá muchos de aquí a junio.

En la sosa recta final, solo brotó una buena jugada de Febas por la derecha, con una dejada atrás de Borja Iglesias que remató Raúl Guti en carrera desde la frontal del área. El balón se marchó alto, cerca de la escuadra izquierda de Aitor. Era ya el minuto 80 y ese chut sacó del sopor a una afición feliz, por fin contenta con la renta que el Real Zaragoza estaba a punto de obtener de un buen partido, otro más, que esta vez sí que iba a reflejar la superioridad en calidad y buen gusto de los blanquillos sobre el adversario de turno, un líder que en La Romareda no lo pareció. Toquero aún forzó una vez más a Aitor a parar un disparo raso en el 85, después de otra dejada de Borja Iglesias, marca de la casa. El partido languideció con toques y toques vacíos del Zaragoza en campo propio. Fue como un detalle para con el Numancia, un no querer hacer más sangre en un duelo claramente ganado por los de Natxo González.

Otro detalle fantástico se obró con el 3-0 final: por primera vez en la liga, la portería propia quedó imbatida. Un dato grande, crucial en el proyecto del entrenador zaragocista, que ha costa 8 jornadas conseguir. Otro punto de partida positivo en el partido deseado. Otro acicate más para pensar que, en este triunfo ante el Numancia, el Real Zaragoza ha comenzado a fundamentar su reacción camino a los puestos altos de la tabla. Era el momento y se supo ejecutar y consumar. Una tremenda satisfacción general para todo el zaragocismo en el segundo mes de competición.

Ficha Técnica:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Delmás (Raúl Guti, 70), Mikel González, Verdasca, Oyarzun (Ángel Martínez, 78); Zapater (Javi Ros, 70), Eguaras; Febas, Buff, Toquero; y Borja Iglesias.

CD Numancia: Aitor Fernández; Medina, Escassi (Elguezábal, 46), Dani Calvo, Ripa (Luis Valcarce, 68); Larrea, Diamanka; Nacho, Nieto, Marc Mateu (Grego, 58); e Higinio.

Árbitro: Pizarro Gómez (Comité Madrileño). Expulsó a Diamanka, con roja directa (54). Amonestó a Oyarzun (7), Medina (16), Mikel González (34), Escassi (36), Toquero (36) y Dani Calvo (51).

Goles: 1-0, min. 1: Toquero. 2-0, min. 47: Toquero. 3-0, min. 55: Borja Iglesias, de penalti.

Incidencias: Noche excelente en Zaragoza en el inicio de las fiestas del Pilar, con 25 grados. El césped de La Romareda se apreció muy mejorado respecto de las semanas anteriores. Hubo una buena entrada en las gradas, alrededor de 24.000 espectadores, con amplia presencia de seguidores numantinos. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Javier Chirri, exjugador, entrenador y coordinador de la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza, fallecido este sábado.

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