El Real Zaragoza, adelante en la Copa con un triunfo justo y corto frente al Lugo

Un gol de Papunashvili en la primera parte fue suficiente para obtener una victoria por 1-0 que supo a poco por las muchas ocasiones creadas.

Papunashvili celebra el gol del triunfo frente al Lugo en la Copa del Rey.
Papunashvili celebra el gol del triunfo frente al Lugo en la Copa del Rey.
Toni Galán

El Real Zaragoza retornó al camino de las victorias y se vengó del Lugo en la Copa, con un triunfo por 1-0 que lo mete en los dieciséisavos de final, ya contra un rival de Primera División, a doble partido, dentro de un mes. En un partido lleno de novedades, con muchos titulares en la reserva y la grada, los de Natxo González cuajaron un buen juego, generaron muchas ocasiones de gol e hicieron méritos para haber logrado una diferencia mayor, pese a que, al final, el Lugo estuvo a punto de provocar la prórroga con el empate.

Dominio absoluto del Real Zaragoza en la primera mitad, en la que jugó bien la pelota, intentó con paciencia decenas de circulaciones en ataque y tuvo a un futbolista destacado sobre los demás, el georgiano Papunashvili. El extremo internacional no solo marcó el 1-0, sino que protagonizó las mejores ocasiones del equipo, robó balones en la línea medular y asistió con mucho criterio al ariete Vinícius en un par de ataques ligados. Del Lugo no hubo noticias hasta casi el descanso, con una falta lejana centrada por Guille Donoso que botó en el área entre una maraña de jugadores y obligó a Cristian Álvarez a hacer un paradón de reflejos para evitar un empate que hubiese sido totalmente injusto e inesperado.

El equipo novedoso que propuso Natxo González en este segundo envite de Copa respondió bien a las expectativas. El citado Papunashvili firmó las primeras tres aproximaciones con olor a gol ante la portería de Roberto Fernández. En la primera, en el minuto 4, remató contra el cuerpo del guardameta gallego un pase al hueco en el área de Vinícius en una mezcla de tiralíneas. En la segunda, en el minuto 21, logró el gol que decantaba el marcador a favor de los aragoneses, tras un quiebro en el pico del área lleno de cintura, tras una penetración del activo Delmás, colocando el balón por alto en el segundo palo con potencia y colocación. Un golazo celebrado por todo lo alto por la grada y el equipo que consolidaba el gran estreno como titular del de Georgia. Y en la tercera, en el 26, intentó clonar la acción, pero esta vez el chut seco fue a la altura de Roberto, que detuvo sin demasiados problemas.

Le tomó el relevo Alain Oyarzun en la culminación de los ataques venenosos del Real Zaragoza. El donostiarra, ubicado como lateral de largo recorrido en una novedad táctica interesante de Natxo González, estuvo a punto de sorprender a Roberto en el minuto 32 con un centro-chut cerrado desde la banda que se colaba por la primera escuadra. El arquero lucense reaccionó a tiempo para meter las dos manos tumbándose hacia atrás y logró evitar el 2-0 en la perpendicular de la raya de gol. Y en el  36, Oyarzun repitió obús en una falta directa desde casi 30 metros que obligó al portero visitante a sacar otra mano salvadora in extremis.

Por todas estas ocasiones generadas por el experimental pero ilusionante Real Zaragoza de este jueves, el 1-0 del intermedio supo a poco. Debió ser mayor la diferencia. Pero el paladar de la afición, bocadillo en mano, era excelente en el tiempo de descanso.

Raúl Guti, como media punta, debutó con trabajo aunque con poca profundidad. Pombo, por la izquierda, abrió espacios junto a Oyarzun pero sin llegar a concretar ninguna jugada en la que participó. Vinícius peleó, se movió, se entendió por momentos con la estrella Papunashvili, pero no halló balón que rematar. En la medular, bien Eguaras rompiendo líneas. Y Ros, en su papel de escoba, cortó infinidad de proyectos ofensivos del deslavazado Lugo de esta ocasión. En la zaga, cómoda primera mitad para los centrales, Jesús Valentín y Mikel González. En el lateral derecho, Delmás se fajó bien con el móvil Albarracín y demostró un día más su progresión. En la portería, la calma y el poso de Cristian Álvarez, con un excelente juego de pies, fue también llamativo.

El segundo tiempo comenzó sin cambios. Antes, en el 37, el zaragozano Sergio Gil se había marchado lesionado en los aductores en una jugada de mala fortuna con Ros, al caer tras un salto. El veterano Seoane, titular habitual, fue su sustituto a la fuerza.

El juego comenzó igual que había transcurrido durante toda la primera mitad, con superioridad táctica y técnica del Real Zaragoza. En el minuto 55, en una penetración vertical en el área de Papunashvili, hubo seguramente penalti de la defensa del Lugo para parar al georgiano, que lo protestó con vehemencia. Cordero Vega no lo estimó así. Cuatro minutos más tarde, Oyarzun volvió a lanzar un golpe franco desde casi 30 metros, frontal, que rozó literalmente la escuadra derecha de Roberto, tanto que en el otro fondo se cantó gol. Merodeaba el 2-0, pero no llegaba pese a los merecimientos zaragocistas. Francisco intentó revivir a su equipo y metió en danza al titular Fede Vico en vez de un desaparecido Sergio Díaz en la mediapunta. Cristian Álvarez seguía viviendo tranquilo.

Natxo dio descanso a Mikel González a falta de 22 minutos. Y también a Vinícius. Verdasca y Borja Iglesias reforzaron con oxígeno al equipo para la recta final. El partido había entrado en un espacio de indefinición, con el Zaragoza cómodo con su ventaja ganadora y el Lugo incapaz de reaccionar de medio campo en adelante. El entrenador lucense se la jugó definitivamente, introduciendo al punta Iriome por el defensa Kravets. En ese carrusel de modificaciones, de nuevo Papunashvili rozó el segundo gol. Tras dos quiebros de su marca en el área, disparó mordido y el balón se coló por debajo del cuerpo del portero del Lugo, que tuvo la fortuna de que el balón se fue a córner, cerca del poste izquierdo. Era ya el minuto 79.

Se llegó al final con varios ataques coreados de Borja Iglesias y, sobre todo, con tres sustos morrocotudos en el área zaragocista, por exceso de confianza. Una falta de Fede Vico que pudo rechazar la zaga aragonesa en el primer palo; un córner cerrado que se paseo por el área pequeña de Cristian Álvarez sin hallar rematador; y ya con el tiempo cumplido, un remate forzado de Cristian Herrera a centro de Seoane que se fue al larguero. Coletazos de muerte del Lugo que, por fortuna para el Real Zaragoza, no obtuvieron éxito. Estaba cantado ese sufrimiento final dado que no se había sabido liquidar a los gallegos mucho antes. Pero esta vez, al revés que ocurrió días atrás en el Anxo Carro, los rojiblancos gallegos no tuvieron el punto de mira afinado.

La afición celebró el segundo triunfo copero y, de este modo, la continuidad del Real Zaragoza en su competición fetiche, pese a que ahora corran tiempos de carencias y las aspiraciones no sean las de antaño. Y, por encima de estas consideraciones puramente resultadistas, se marchó a casa satisfecha por la imagen ofrecida por un equipo repleto de jugadores diferentes a los que vienen jugando en los primeros partidos ligueros. La noche resultó positiva y, en esta ocasión, con final satisfactorio.

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Delmás, Jesús Valentín, Mikel González (Verdasca, 68), Oyarzun; Eguaras, Javi Ros (Zapater, 92); Papunashvili, Raúl Guti, Pombo; y Vinícius (Borja Iglesias, 68).

CD Lugo: Roberto Fernández; Leuko, Josete, Luis Muñoz, Kravets (Iriome, 78); Azeez, Sergio Gil (Fernando Seoane, 37); Guille Donoso, Sergio Díaz (Fede Vico, 58), Albarracín; y Cristian Herrera.

Árbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó a Josete (17), Kravets (40), Papunashvili (62) y Oyarzun (85).

Goles: 1-0, min. 21: Papunashvili.

Incidencias: Noche es muy agradable en Zaragoza, con 27 grados y nada de viento. El césped de La Romareda presentó el estado irregular de las últimas dos semanas. En las gradas, alrededor de 12.000 espectadores. En el palco de autoridades estuvo el alcalde de la ciudad, Pedro Santisteve.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión