Mucho que celebrar en La Romareda

Visitas guiadas en La Romareda.
Visitas guiadas en La Romareda.
Guillermo Mestre

Lo proclamaba ayer el calendario: 8 de septiembre, La vieja Romareda cumplía años. Seis décadas dando cobijo a las ilusiones zaragocistas. Seis décadas en las que esta hectárea y pico constituye cada quince días la mayor reunión de ciudadanos aragoneses. Las catedrales transformaron la vida de los burgos en las postrimerías de la Edad Media. Desde el pasado siglo, mucho más en el actual, los estadios transforman las vidas de las ciudades. Ya lo dijo Valdano: "Los estadios son las catedrales del siglo XXI". Aunque el estadio de Zaragoza y del Zaragoza sea propio del siglo XX, sigue siendo el templo del zaragocismo. Allí se ha celebrado mucho y allí sigue habiendo mucho por celebrar.

Ayer, Natxo González habló un rato largo del escenario. Sí, el fútbol son 22 señores en pantalón corto y otro señor de negro, pero el contexto también cuenta. Ayer lo recordó Natxo. "Vivir La Romareda cada día es una ilusión. Te vas feliz por lo que has vivido. Cada vez que me siento en ese banquillo es un honor. Ojalá esté allí 300 partidos, con lo que me ha costado llegar hasta allí... Hay mucha historia, muchos momentos. Ahora quiero vivirlos, disfrutarlos", reiteró hasta la saciedad el técnico zaragocista. Después de tanto tiempo silente –en el mejor de los casos– o enfadada, este año se le ve contenta a nuestra querida Romareda. Comprensiva y cariñosa en el decepcionante ensayo general ante el Eibar, feliz pese a empatar en la Liga con el Granada, y extasiada tras golear en la Copa del Rey al equipo nazarí.

"Queremos ilusionar a nuestra gente. Ojalá nuestra gente nos ayude", afirmó ayer Natxo González, que incluso se subió a una tabla de surf para exteriorizar su felicidad. "Estaremos en la ola como el surfista que no quiere que se acabe. Hay que aprovechar y mantener estas dinámicas. Si queremos ser un equipo con aspiraciones, debe ser con esta suma. El objetivo es utilizar esa capacidad y seguir en esa línea", explicó el técnico vitoriano.

Independientemente del factor Borja Iglesias, el jugador que siempre que marca el Zaragoza al menos empata –igual en casa que fuera–, el factor Romareda también se antoja esencial en este nuevo Real Zaragoza que ha comenzado a andar. Atrás quedaron los tiempos en que el campo representaba el mejor vehículo de reivindicación en un club que agonizaba. Ahora, en plena rehabilitación, La Romareda persigue volver a ser el escenario de las celebraciones. Mañana mismo se prolongará una racha que muy pronto instalará al conjunto aragonés en la zona noble de la Segunda División. La afición, La Romareda, ese esencial en este objetivo.

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