El perfil del equipo y las tesis de Natxo para el juego directo

A diferencia de lo que el Real Zaragoza llevó a cabo en otros amistosos anteriores en esta pretemporada que ya ha concluido, en el partido frente al Eibar en La Romareda se apreció, sorprendentemente, un recurso habitual al pase largo en busca de Borja Iglesias o Buff para percutir ofensivamente la defensa vasca. En cierto modo, recordó el mecanismo del año pasado, de mal recuerdo, donde ése era el libreto, con Ángel como receptor de lanzamientos lejanos, sin demasiada imaginación en la línea de medios a la hora de generar fútbol.

Natxo González razonó el motivo de este hecho durante el duelo ante los eibarreses que, por cierto, no obtuvo en ningún momento efectos positivos de cara al gol por parte zaragocista. El técnico vitoriano admitió que se trata de una iniciativa premeditada que tiene un fin táctico concreto:

“No me gusta que empecemos un partido con el juego de un central, que toque con el otro central, que vuelva al otro central, que la pase a un lateral… no quiero empezar los partidos con un ritmo muy lento. Porque, luego, es muy difícil cambiar ese ritmo. Prefiero, en el primer tramo de los partidos, buscar acciones más directas, que suban las pulsaciones del equipo cuanto antes. Y, después, ya iremos creciendo en el juego posicional", indicó de forma cristalina Natxo.

Analizadas las características de los jugadores del nuevo equipo zaragocista y aplicando su gusto personal como entrenador, Natxo González apuesta por inicios rápidos, vertiginosos, atacando a los rivales desde el mismo pitido inicial.

"Quiero que nuestros comienzos de los partidos sean así, buscando meternos cuanto antes. Pero, está claro, es una cosa que tenemos que trabajar mucho más”, puntualizó tras ver cómo, ante el Eibar, los efectos buscados no se correspondieron con lo que al final se dio sobre el césped.