El rincón de los cinco descartes en la previa de un partido
Lanzarote, Irureta, Bedia, Barrera y Xumetra se entrenaron al margen del grupo junto a un córner, sin entrar al vídeo ni participar en la parte táctica.
No por esperado deja de ser llamativo. Pasan los días y, como todas las partes admiten, no es una situación normal ni agradable el hecho de que en los entrenamientos del Real Zaragoza haya cinco jugadores que no cuentan y saben que van a marcharse antes del 31 de agosto. Este miércoles, en el entrenamiento matinal del equipo en la Ciudad Deportiva previo al viaje a Tarragona para jugar el amistoso frente al Nástic (20.30), se ha visto la imagen más definitoria de la incómoda situación que viven (y provocan al resto) Lanzarote, Irureta, Bedia, Barrera y Xumetra en esta fase de la pretemporada mientras se busca una salida a cada uno de ellos. El quinteto de descartes ha trabajado a solas, juntos, en un córner del campo. Sin contacto con los demás.
Los cinco elementos sobrantes de la plantilla recibieron la pauta de trabajo del preparador físico Andrés Ubieto y se fueron a su rincón. No entraron a la sala de vídeo, donde Natxo González mostró la teoría táctica a aplicar por la noche en Tarragona. Y, después, cuando el entrenamiento sobre el césped llevó a la práctica esas ideas, tampoco se movieron de su esquina.
En la rutina del día a día, la cuestión chirría menos. Hasta se les ve participar en la primera fase de los entrenamientos, la que tiene que ver con la carga física. Pero cuando es previa de partido y el entrenador perfila los detalles con mayor precisión, la molesta posición de Lanzarote, Irureta, Bedia, Barrera y Xumetra aflora con mayor nitidez. Molesta para ellos y también para el resto del grupo.