La rodilla de Oyarzun avisa de fatiga
El vasco, fichaje que sale de una rotura de ligamentos y un año sin jugar en el Mirandés, no acabó el último ensayo en Boltaña con dolor en la articulación.
Alain Oyarzun se erigió a falta de solo 30 minutos para concluir la concentración de pretemporada en la primera preocupación del área médica del Real Zaragoza este verano. La estancia en el Pirineo ha sido la más tranquila en cuanto a lesiones y dolencias de las últimas décadas, pero la rodilla operada de Oyarzun -la izquierda- lanzó, mediado el último entrenamiento en Boltaña, un aviso de fatiga y le dolió al futbolista donostiarra.
El extremo zurdo avisó a Natxo González mientras el equipo trabajaba la estrategia en córners y faltas laterales. El propio entrenador, que paró un par de minutos en ensayo, acompañó junto al doctor Honorio Martínez al jugador. Tras explicarle los síntomas, se decidió que parase en seco y que el fisioterapeuta Míchel Roman le aplicara una aparatosa bolsa de hielo en la articulación.
Así, sentado en el césped durante más de 30 minutos viendo con cara seria las evoluciones de sus compañeros, Alain Oyarzun terminó la estadía en el Pirineo. Preocupado, obviamente, por la queja física que le hizo este viernes su rodilla rehabilitada tras una rotura de ligamentos hace justo un año cuando militaba cedido en el Mirandés, de donde lo ha fichado el Real Zaragoza en la incorporación con más riesgo de todas cuantas ha decidido Lalo Arantegui hasta ahora.
El futuro próximo de Oyarzun, su continuidad en los entrenamientos de la próxima semana y su concurso en el carrusel de amistosos que arrancarán el miércoles en Logroño, queda a expensas de la evolución de esa rodilla.
