"Me voy contento por haber cumplido todo lo que dije al llegar hace 12 jornadas"

A 24 horas de dar carpetazo a su primera etapa como entrenador en el ámbito profesional, César Láinez afronta el último partido de liga ante el Tenerife en La Romareda (sábado, 20.30) con alivio mental tras muchas semanas de histerias, de prisas, de agobios clasificatorios, de dudas, de miedos. El técnico aragonés respiró el pasado fin de semana en Gerona, al lograr matemáticamente la elusión del descenso, el grave peligro que siempre revoloteó alrededor del Real Zaragoza tras la destitución de Raúl Agné a mitad de marzo que fue, precisamente, el hito que puso a Láinez al frente del primer equipo procedente del filial. El exportero blanquillo, en su última rueda de prensa previa a un partido en este curso, trasladó sus sensaciones personales en el colofón de su arriesgada aventura, saldada con éxito.

"Me voy contento por haber cumplido todo lo que dije cuando me senté hace 12 jornadas en la silla de La Romareda: venía a conseguir 50 puntos, la salvación del club y a dar oportunidades a jugadores jóvenes, porque yo vengo de la base", comenzó su repaso.

"Claro que nos hubiera gustado tener 54 puntos y mucho antes. Pero hay que ver lo que les ha ocurrido a otros dos clubes, con mucha más capacidad económica que nosotros (Elche y Mallorca), con mejores técnicos o al menos con más experiencia que los que hemos acabado aquí, y se han ido a Segunda División B. Creo que es para estar contentos con esta situación", prosiguió en su particular valoración de los hechos acaecidos en Zaragoza en los últimos dos meses y medio cargados de presión y vértigos.

"De 11 partidos, solo he perdido dos. Para mí, eso es un orgullo. Terminar ante el Tenerife con una buena imagen y marcharme a casa con esta satisfacción... no hay nada que me pueda hacer más feliz en estos momentos. Cuando acabe el partido de este sábado, para mí habrá sido la temporada soñada de cualquier entrenador", redondeó al hacer pública su introspectiva.