Los jugadores, ya en el noveno mes de liga, no quieren broncas sino unión

Xumetra responde refractariamente respecto de la bronca que manifestó Láinez públicamente tras el empate ante el Cádiz en el último partido.

Xumetra, en cabeza del grupo, se dirige este lunes a la sesión de vídeo con la que Láinez comenzó el entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Xumetra, en cabeza del grupo, se dirige este lunes a la sesión de vídeo con la que Láinez comenzó el entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
José Vidal

Jordi Xumetra ejerció de portavoz del vestuario zaragocista en el primer día de trabajo de la semana que desemboca en el duelo ante el Oviedo en el Carlos Tartiere. Fue la primera muestra del sentir del equipo tras la enésima decepción de la temporada, el 1-1 ante el Cádiz encajado el viernes en el último minuto de juego, marcador que complica la vida del Real Zaragoza ante las cuatro últimas jornadas del torneo.

Y a Xumetra, uno de los veteranos del grupo, se le preguntó directamente por cómo había recibido el equipo la bronca de César Láinez, el entrenador, en la sala de prensa tras la conclusión de ese último duelo liguero en La Romareda ante el Cádiz. El técnico aragonés repitió, con dolor y frustración, su malestar por la mala práxis táctica y técnica de sus jugadores en los minutos finales ("no aprendemos de los errores", dijo un par de veces), donde se dejó escapar la victoria por falta de aplicación y carácter competitivo.

La respuesta del extremo catalán no fue de trámite. No se acogió a los tópicos. Al contrario, destiló una postura refractaria desde el sector de los futbolistas.

"Bueno, sabemos que cuando uno falla pues... ya sabes. Somos lo suficientemente mayores para saber cuando fallamos. Pero ahora es momento de estar todos unidos, de pensar en el grupo. Y, ante situaciones así, pensar en uno mismo, es malo", indicó Xumetra al respecto.

Después de nueve meses de tropiezos similares, de defectos de forma parecidos, de máculas futbolísticas gemelas que, en su día, dañaron y se llevaron por delante a los dos anteriores entrenadores (Milla y Agné), es una evidencia que no es momento de aprender nuevos métodos. El curso se acaba en días y ya no hay tiempo para pedagogía. Lo que no se ha sabido hacer en un año lectivo, es imposible adquirirlo en 28 días.

En este escenario, jugadores y técnicos han de saber cómo reaccionar en las cuatro 'finales' que les restan de aquí al 11 de junio, ante Oviedo, Rayo Vallecano, Girona y Tenerife. Por encima de sus defectos, problemas diversos de comprensión o capacidades sobre el césped.

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