Las tres sustituciones, un problema mayor para Láinez

El Real Zaragoza, que necesitaría un reglamento con cinco o seis cambios posibles, no es capaz de mejorar cuando ejecuta las tres permitidas.

César Láinez, en el banquillo durante el partido ante el Cádiz, con el delegado Alberto Belsué detrás y el cuarto árbitro preparando la tablilla para anunciar un cambio.
César Láinez, en el banquillo durante el partido ante el Cádiz, con el delegado Alberto Belsué detrás y el cuarto árbitro preparando la tablilla para anunciar un cambio.
Oliver Duch

Xumetra por Lanzarote. Isaac por Bedia. Alex Barrera por Pombo. Los tres cambios de César Láinez este viernes ante el Cádiz durante la segunda parte. El equipo ganaba 1-0 cuando comenzó la secuencia y terminó encajando el 1-1 al final.

Cani por Pombo (en el descanso). Xumetra por Lanzarote. Edu García por Ros. Las tres sustituciones en Reus. El Real Zaragoza perdía 1-0 y no fue capaz de reaccionar en tiempo y forma para dar forma a una remontada, siquiera para lograr la igualada.

Ros por Cani. Samaras por Edu Bedia. Y Jesús Valentín por Casado. El trío de permutas frente al Getafe en casa a lo largo del segundo tiempo. Cuando comenzó la serie de relevos, los madrileños acababan de lograr el 1-1. Al final, el partido lo perdió el Real Zaragoza por 1-2.

Estos tres son los últimos partidos de la última serie del cuadro zaragocista, los del 'no triunfo' bajo la batuta de Láinez, que sí que tuvo mano de santo en sus primeros cinco duelos como máximo responsable del equipo tras ser despedido Raúl Agné (fueron cinco jornadas seguidas sin perder, sumando 11 de 15 puntos de excelente y providencial tacada).

En ese tramo anterior, en la ráfaga de cinco buenos marcadores, el asunto de los cambios tampoco funcionó. Los resultados fueron positivos, se sumó cada fin de semana, se salió de atolladero... pero gracias a los onces iniciales, al trabajo de las primeras partes. Poco, a veces nada, recibió el equipo de lo que surgió tras el descanso en lo que concierne a las modificaciones nominales y tácticas a través de las sustituciones. En cualquier caso, nada que llamase la atención con nitidez, nada que supusiera un cambio positivo radical, un apuntalamiento decisivo de alguna faceta del juego durante largo tiempo. Quizá minutos puntuales y muy concretos de Samaras en Miranda (entró 10 minutos por Lanzarote), o los de Cani ante el Mallorca en la recta final... asuntos menores, nunca claves.

Las intervenciones asomando en segundo término de jugadores como Edu García, Jesús Valentín, los ya citados Xumetra, Isaac, Samaras... Alex Barrera o Dongou (el día de Almería fue un caso paradigmático de pérdida de prestaciones con el cambio, cuando suplió a Bedia en los últimos 20 minutos), aglutinan la sustancia de este análisis.

Láinez tiene un problema serio en este importante apartado estratégico de los partidos. Pero no es solo suyo, no lo está sufriendo únicamente él. A sus antecesores, Agné y Milla, también les pasó desde agosto. Este es otro mal que viene de fábrica, del 'copyright' 'made in Juliá'. Aquello del fondo de armario. De la estructura de la plantilla. Del perfil individual, de las propiedades de la mezcla conjunta.

No es de extrañar, como ya se analizó aquí en su momento, que el Real Zaragoza, a lo largo de casi 9 meses de liga, solo tenga un gol anotado por un futbolista salido desde el banquillo: aquel de Dongou al Reus en La Romareda que sirvió para lograr el 2-2 final en el minuto 87. Eso, en cuanto a goles. Además, hay que evaluar esas otras aportaciones que se requieren de los que empiezan como suplentes cada fin de semana. Y, ahí, el Real Zaragoza viene lastrado de origen.

Hay equipos que crecen según van buscando nuevas variantes en los partidos en virtud del marcador (como el Cádiz de Álvaro Cervera en La Romareda, cuando fue incluyendo a Abdullah, Güiza y Aitor, el autor del tanto del empate, con el discurrir de los minutos del segundo tiempo). También lo hizo Bordalás 15 días antes con el Getafe hasta voltear el marcador adverso, mediante la aportación de los suplentes Fuster, Lacen y, al final, Gorosito.

Pero es que hasta el vicecolista Mallorca esgrimió una mejoría el día de su derrota en Zaragoza cuando Sergi Barjuán introdujo desde la suplencia a Salomao, Óscar Díaz y Pol Roigé. No es solo cosa de los equipos de la parte alta de la tabla. El Córdoba, otro del fondo de la clasificación, le remontó a los zaragocistas en El Arcángel (aún con Agné) gracias a la aparición de los suplentes Piovaccari, Guille y Markovic mediada la segunda parte, este último autor del 2-1 definitivo en tiempo de aumento.

El Real Zaragoza no ha revertido jamás una tendencia esta temporada mediante sus sustituciones. Este es un mal viejo, endémico. Otra herencia que ha recibido envenenada César Láinez... a la que no está sabiéndole encontrar reparación. Quizá porque no la tenga. Aunque, al respecto, sigue abierta la incógnita de la gestión y tratamiento del caso del delantero Raí Nascimento en los últimos cinco meses, con especial énfasis en el último mes y medio.

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