Sale al paso Querol, el de los 4 goles en la vergüenza ante el Llagostera

El punta catalán, natural de Reus, se coronó el año pasado en el triste 6-2 encajado por el Real Zaragoza en Palamós en el último partido de liga.

Querol (con el número 7 en su pantalón), celebra con sus compañeros del Llagostera uno de los cuatro goles que le marcó al Real Zaragoza en el último partido de la pasada liga, en aquel 6-2 de Palamós.
Sale al paso Querol, el de los 4 goles en la vergüenza ante el Llagostera
Jordi Ribot/ICONNA

David Querol sale al paso del Real Zaragoza. Así que cuidado. Mucho ojo. Este delantero de 28 años, natural de Reus (juega este año, por lo tanto, en el equipo de su pueblo), militaba el curso pasado en el descendido Llagostera gerundense, aquel equipo que le infligió el lacerante y vergonzoso 6-2 al Zaragoza de Lluís Carreras en la última jornada de liga, cuando un simple empate servía a los aragoneses para jugar su segunda promoción de ascenso a Primera División, que se fue al limbo increíble y perjudicialmente en aquel bochornoso episodio.

Y Querol fue el autor de 4 de aquellos 6 cruentos goles del cuadro catalán. Su día de gloria. Su salto al primer plano de los récord en la historia del fútbol profesional español. Un héroe efímero, anecdótico e inútil para aquel defenestrado Llagostera, y un demonio para siempre en los anales zaragocistas.

Querol asoma de nuevo como amenaza del portal blanquillo. Esta vez en otras coordenadas bien diferentes, peleando por no caer en el remolino del descenso a Segunda B. El '7' rojinegro ya fue titular en el Reus que jugó en La Romareda en la primera vuelta. Pero, esta vez, en campo propio, el diseño de la pesadilla de Palamós es mucho más aproximado. Además, el pequeño Camp Nou Municipal de la localidad reusense se parece, en estructura, dimensiones y perspectiva, a aquel estadio Costa Brava del pueblo costero de Gerona donde Querol destruyó al Real Zaragoza con un sorprendente y extraño póquer de goles.

Son los fantasmas de un pasado feo, de duros recuerdos, como el que arrastra por infinidad de flancos el Real Zaragoza de nuestros tiempos. Querol es uno de ellos, por derecho propio.

Habrá que ver si Natxo González lo utiliza desde el inicio, cosa que sí hizo el pasado fin de semana en el triunfo del Reus en Tarragona, ante el vecino Nástic, o lo guarda en el banquillo para cuando el partido esté más maduro. Querol, al que le vino de perlas el ascenso del Reus, su casa, para seguir jugando un año más en Segunda División, ha participado en lo que va de liga en 24 partidos, 12 de ellos como titular partiendo desde la banda derecha y solo 5 completos. Su techo anotador este año, en más de 1.100 minutos sobre el césped, se reduce a 2 dianas, una en Miranda y otra en Reus ante el Girona. La mitad de aquellos 4 en menos de 90 minutos que se comió Manu Herrera en aquella tarde de tortura anómala para el zaragocismo enterno.

Ver a Querol en frente, en un hábitat parecido al de Palamós, realmente da grima. Ese tipo de evocaciones jamás son agradables.

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