Orgulloso del trivote Zapater-Ros-Bedia

César Láinez pondera positivamente la aportación del trío de centrocampistas a la mejoría general del equipo en el último mes, bajo su mando.

César Láinez observa desde el fondo del campo el trabajo del equipo en el entrenamiento de este viernes.
Orgulloso del trivote Zapater-Ros-Bedia
Toni Galán

Una de las más decisivas aportaciones renovadoras de César Láinez a la pizarra táctica del Real Zaragoza tras sustituir a Raúl Agné hace un mes fue la incorporación al medio campo del once inicial de Edu Bedia. El entrenador aragonés lo hizo para generar un trío de centrocampistas en la línea de creación-contención donde antes solo había dos piezas. Ganó presencia humana, ejes de distribución de pases, cercanías en las pocas combinaciones que existían en esa parte crucial del terreno de juego hasta entonces, pues Agné era más partidario del fútbol directo y rápido hacia Ángel.

En definitiva, Láinez retrasó a Zapater dos pasos y metió a Bedia junto a Ros por delante para armar un triángulo de bombeo de balones hacia todos los flancos del ataque y, en el retroceso, una amalgama de tres jugadores que cubrieran mucho campo ante los centrocampistas adversarios. Ayudados por los hombres de banda (Lanzarote y Pombo), con vocación de entrada por dentro, así diseñó ese 4-1-4-1 que, en la ofensiva, se muta a un 4-3-3 muy dúctil según se mueve la pelota.

César Láinez, en las horas previas a su quinto partido al frente del primer equipo zaragocista, se mostró orgulloso del rendimiento que han dado sus tres centrocampistas favoritos. "Para mí forma de entender el fútbol, lo que determina siempre los partidos es el centro del campo. Dominar esa faceta en el terreno de juego te da muchísimas posibilidades. Y, a veces, hay que tener esos jugadores. Creo que los tres se entienden perfectamente, dentro de su rol, del de cada uno, ya se el creativo o el destructivo", explicó el preparador zaragozano al respecto.

Para el responsable del vestuario blanquillo, Zapater, Ros y Bedia son tres jugadores imprescindibles en esta recta final del torneo donde el Real Zaragoza debe salir del atolladero clasificatorio en el que se había metido hasta mitad de marzo. "Creo que nos han dado mucho equilibrio. Y eso ha coincidido con estos cuatro partidos en los que el equipo ha sido capaz de sumar muchos puntos. Reitero que el dominio del centro del campo te da mucho equilibrio para poder afrontar los partidos, salvo que tuvieras arriba tanta gente determinante ante el gol como para poder obviar la línea de medios", apostilló.

Este trío de pivotes-volantes vino a suceder a las parejas que Agné utilizó en su época previa a Láinez. La más usada fue la conformada por Zapater y Ros. Pero también hubo un tramo de liga donde Agné desechó a Javi Ros y apostó por un dúo singular, Zapater-Jesús Valentín (Murcia, Tenerife). Puntualmente, en ausencia de Zapater frente al Lugo, el anterior técnico alineó a Ros junto al defenestrado Morán.

En el arranque de la temporada, según los planes iniciales del proyecto montado por Juliá y Valentín en la dirección deportiva con Luis Milla en el banquillo, esa zona medular tuvo parejas como Zapater-Morán, Zapater-Wilk (en el campo del Levante); o trivotes con Zapater-Ros-Alex Barrera (ante el Alcorcón en La Romareda), Zapater-Ros-Morán (en Soria, frente al Córdoba en casa o ante el Sevilla Atlético en el Pizjuán) y Zapater-Ros-Alex Barrera (en la derrota en La Romareda frente al Elche).

Después de 8 meses de competición, no cabe duda de que el mejor funcionamiento del equipo en esa parte del campo se ha dado en el último mes. 

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