Empate que sabe a poco y frena la reacción en la tabla

Un flojo y defensivo Valladolid extrajo un 1-1 del estadio municipal en el estreno de Láinez en casa. Villar adelantó a los pucelanos y Lanzarote igualó después.

El Real Zaragoza volvió a pinchar en casa. El empate a uno frente al Valladolid no satisface la necesidad de puntos que tiene el equipo aragonés en la recta final de la liga. El debut de Láinez en el banquillo zaragocista en La Romareda no dio continuidad a la victoria de Elche la semana pasada, por lo que, acompañado de los resultados de los rivales de la parte baja de la tabla (victorias del Rayo Vallecano, Alcorcón, Almería y Córdoba), complica sobremanera de nuevo el presente del cuadro blanquillo en la tabla, a solo 3 puntos -un partido de distancia- del primer puesto que desciende a Segunda B en junio.

El cuadro zaragocista quiso el balón desde el principio y marcó el ritmo de juego durante toda la primera parte. Sin demasiado ritmo, pero con seguridad en líneas generales en los pases. El trío de centrocampistas, Zapater, Ros y Bedia, mezclaban bien con las bandas, Lanzarote y sobre todo Pombo, descarado y vertical en varias acciones de mérito. Pero faltó la referencia arriba. Dongou no sintonizó con el partido en ningún momento, demasiado volátil, fuera de zona cuando se le necesitaba en combinaciones claras. En frente, el Valladolid salió a especular, a dejar pasar los acontecimientos y esperar sus opciones a la contra.

En los primeros 15 minutos, el Real Zaragoza provocó hasta cinco remates. Los síntomas eran buenos. Dongou no se decidió a buscar un centro preciso de un ágil Isaac por la banda diestra en el minuto 2 y echó a perder un gol sencillo. En la siguiente jugada, Pombo disparó uno de sus obuses desde la frontal del área que iba dentro y Becerra sacó a córner junto al larguero en un paradón. En el 8, fue Dongou el que remató mal de cabeza un centro de Cabrera tras un buen pase largo de José Enrique, de nuevo en papel de central, con Lele Cabrera como lateral. En el 10, Lanzarote desaprovechó una pelota franca en el área a pase de Ros y su remate, que buscó el primer palo, se fue al lateral de la red con todo a favor. Y en el 13, fue Marcelo Silva el que remató con la testa un centro de Lanza al segundo palo tras un córner y el balón se marchó a dos metros del palo.

Fue un buen inicio, prometedor, que se les torció a los blanquillos en el primer contragolpe ligado que agarró el Valladolid tras una perdida de balón en la línea media de los zaragocistas. Mata se fue de José Enrique en carrera, remató duro, Ratón rechazó como pudo pero dejó la pelota a bocajarro para que Villar la empujara por alto a la red. Era el 0-1, inmerecido a todas luces para los visitantes, justo en la media hora de juego. Se encendieron las alarmas, obviamente. Sobre todo porque, durante varios minutos, el Real Zaragoza notó el golpetazo y perdió la brújula.

Un falta directa de Lanzarote y un cabezazo inerte de Cabrera fueron los indicios de reacción progresiva de los blanquillos. Pero Villar también avisó de peores noticias con un derechazo lejano que se marchó rozando la escuadra del superado Ratón, por fortuna.

Cuando ya el reloj corría deprisa, en un regalo de la zaga pucelana, llegó el 1-1 antes del descanso, algo que se antojaba necesario para no descarrilar. Un pase precioso de Zapater, de más de 40 metros de recorrido buscando la espalda de los centrales, provocó el error de Rafa y Balbi que Lanzarote, listo a más no poder, aprovechó tocando el balón con la zurda en carrera para superar por alto a Becerra. Llegó la paz mental para los zaragocistas, que se habían atribulado con el tanto castellano. Todavía antes del pitido del intermedio del desconcertante López Amaya, el Zaragoza pudo marcar el segundo gol, en un córner cerrado de Lanzarote en el que falló Becerra, pero Dongou no anduvo listo para empujar la pelota suelta en el área pequeña.

Lo malo quedaba para el segundo tiempo. El Real Zaragoza lo dominó entero, de cabo a rabo, pero no supo encontrar una sola acción potable de gol. Sin velocidad en los pases, demasiado lento en todos los movimientos de balón, el tiempo se le fue echando encima sin lograr pisar el área rival con peligro y continuidad. El Valladolid se atrincheró atrás sin sonrojo. Los cambios de Herrera fueron metiendo cada vez más atrás a los visitantes, que apostaron todo a sujetar el 1-1. Y el Zaragoza no supo combatir esa pose.

Láinez se mostró poco atrevido con los movimientos desde el banquillo. Lanzarote fue relevado enseguida por Cani, que no engranó en el juego en ningún momento. De repente, el nuevo entrenador zaragocista quitó a Dongou, el delantero del día en ausencia del sancionado Ángel, pero lo sustituyó por Edu García, que ejerció de ‘9’ sin serlo, sin veneno en sus intenciones. El Real Zaragoza jugó sin ariete casi media hora, pese a estar Raí Nascimento en el banquillo. Y la aparición de Samaras fue ya en el límite, a falta de solo 4 minutos para el 90. Unas maniobras que salieron mal a Láinez, como dictó el marcador final.

Fue una segunda parte fea, espesa, decepcionante con tanto como había en juego. Solo cabe destacar un cabezazo de Cabrera en el minuto 69, solo en el segundo palo tras error de Becerra en una falta colgada por Isaac, que se marchó alto por centímetros (era un gol cantado) y, ya al final, una penetración de Edu García a pase de Cani que, con todo a su favor, remató alto, mal, echando a perder la oportunidad de la victoria. El el ínterin de estas dos ocasiones, casi nada. Un chut lejano de Ros que fue a un metro del palo y la falta final, ya en el 93, que Isaac lanzó directamente y Becerra rechazó a dos manos. En el área de un inédito Ratón, solo hubo susto en un disparo de rosca de Mata en el minuto 60 que terminó fuera por poco.

El empate final no es suficiente. Significa seguir sufriendo. Supone continuar con la nefasta racha en La Romareda, donde solo ha ganado el equipo aragonés dos de los últimos siete partidos. Así va a resultar muy difícil eludir el pavor de la cola de la clasificación. El lío ahí abajo es tremendo y el Real Zaragoza no da muestras de reacción real. Hubo algún atisbo de ligera mejoría por momentos, sobre todo cuando la pelota la tuvo Pombo, pero eso es una nimiedad cuando lo que se pone en juego cada domingo es la salvación de la categoría y del futuro del club.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Ratón; Isaac, Marcelo Silva, José Enrique, Cabrera; Zapater; Lanzarote (Cani, 58), Javi Ros, Edu Bedia (Samaras, 86), Pombo; y Dongou (Edu García, 68).

Real Valladolid: Becerra; Moyano, Guitián, Rafa, Balbi; Alex López, André Leao (Alex Pérez, 52); Villar (Ángel, 65), Jordán, Míchel (Drazic, 71); y Mata.

Árbitro: López Amaya (Comité Andaluz). Amonestó a André Leao (32), Lanzarote (56), Cabrera (81), Balbi (84) y Guitián (93).

Goles: 0-1, min. 30: Villar. 1-1, min. 41: Lanzarote.

Incidencias: Noche fresca en Zaragoza a causa del fuerte cierzo, con una temperatura de 14 grados al inicio del partido. El césped de La Romareda presentó un buen estado. En las gradas, alrededor de 15.000 espectadores. Los equipos de la Ciudad Deportiva portaron una pancarta antes del comienzo del partido que decía “Respétanos, no a la violencia”, en denuncia por las agresiones entre padres vividas en diversos campos de fútbol en las últimas fechas. En el palco estuvo observando el partido Pablo Alfaro, entrenador del Mirandés, colista y rival zaragocista dentro de tres semanas.

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