El pasado agridulce de Saja en Córdoba

El actual portero del Real Zaragoza fue blanquiverde en 2005, hace 12 años. Pese a cuajar una segunda vuelta de ascenso (40 puntos), bajaron a Segunda B.

Saja, hace 12 años, en un partido con el Córdoba.
Saja, hace 12 años, en un partido con el Córdoba.
El Día de Córdoba

Sebastián Saja, el portero del Real Zaragoza en estos momentos decisivos de la temporada, vivirá con especiales sensaciones el trascendental partido del sábado en Córdoba (20.30). Será así porque el argentino fue guardameta del cuadro cordobés hace 12 años, en la segunda parte de la temporada 2004-05. En el estadio de El Arcángel, entonces con tan solo 25 años, Saja intentó salvar del descenso a Segunda B a un equipo desahuciado tras la primera vuelta más caótica que jamás ha firmado nadie en Segunda División: solo 6 puntos sumó aquel equipo blanquiverde en los primeros 19 partidos. Junto con otros 11 fichajes más en el mercado de invierno, la directiva andaluza intentó la pirueta de milagro: pero les faltó un punto y fracasaron en la orilla.

Saja vivió seis meses de vértigo en el ciudad califal. Agridulces al final, después de vivir una remontada espectacular y unos meses magníficos a través de una segunda vuelta con puntuación de ascenso: aquel Córdoba hizo 40 puntos desde la jornada 20ª hasta la 42ª, las 23 últimas, las que jugó Saja con el uniforme del equipo sureño. Pero, con 46, se quedaron cuartos por la cola finalmente, por encima del Pontevedra, el Salamanca y el Tarrasa,  a un solo punto de la salvación, que la consumó el Ciudad de Murcia con 47.

"Yo llegué en enero, igual que este año a Zaragoza. Allí en Córdoba era una situación crítica. Era increíble, pero solo habían hecho 6 puntos en 19 partidos, 6 de 57 posibles. Con los nuevos, logramos 40 en lo que quedaba, pero no fue suficiente. Me marché con un sentimiento de pena porque aquello mereció más premio del que tuvimos. Aquella segunda vuelta nuestra es de lo mejor que se ha hecho nunca en Segunda División, ¡40 puntos!. Fuimos el mejor equipo de todos en ese periodo, y sin embargo nos fuimos a Segunda B", rememora Saja para HERALDO DE ARAGÓN.

Cuando Saja llegó a Córdoba, ya habían caído dos entrenadores por el camino: Esteban Vigo y Roberto Fernández (el actual director deportivo del FC Barcelona). El ahora zaragocista fue dirigido por dos más, Crispi y Juan Carlos Rodríguez. El arquero sudamericano llegó cedido del Brescia italiano, que el año anterior ya lo había lanzado hacia España otros seis meses para vivir situaciones similares en el Rayo Vallecano.

Saja fue uno de los 12 nuevos en el vestuario cordobés en un enero loco en El Arcángel. Junto a él, llegaron también Marc Bertrán, Germán Rojas, Pierini, Cristian Álvarez, Jonay, Leo Jiménez, Marchiori, Ruano, Sérvulo, Anderson Costa y Fredrick. Un equipo totalmente nuevo. Allí, curiosamente, coincidió con tres colegas que, con el paso de los años, fueron adquiriendo el rol de exzaragocistas. Ya lo eran el mítico Fernando Cáceres y el croata Mate Bilic. Luego, también lo sería el citado Marc Bertrán.

Sebastián Saja fue titular indiscutible en los 23 partidos que restaban cuando llegó al equipo. Cuajó enormes actuaciones, decisivas para llevar al Córdoba al borde de la salvación milagrosa, en una serie que habla por sí sola: aquel equipo ganó 11 partidos desde entonces, empató 7 y solo perdió 5. Marcó en ese tramo 36 goles y encajó 25. Y, claro, sumó 40 puntos. Una barbaridad. Pero el punto de partida era tan ínfimo que no les dio para hacer realidad la proeza y la decepción envolvió al cordobesismo en momentos duros de vivir.

Pero Saja pasó de héroe a villano en una sola tarde. El argentino, que se ganó enseguida el reconocimiento de la afición blanquiverde por su poso y solvencia bajo palos, falló el día que menos debía. En la penúltima jornada, ante el Valladolid en El Arcángel, cuando el equipo andaluz cayó derrotado por 3-4 y matemáticamente se quedó prácticamente sin opciones de salvarse. En un partido raro, de esos de final de temporada, el menudo delantero pucelano Víctor Fernández le hizo un fatal triplete. Y Saja no estuvo afortunado en varios de los goles. En 90 minutos se deterioró su sobresaliente imagen de los seis meses previos, por tanto como se jugaba el equipo ese día y por la repercusión de los errores. Las cosas del fútbol.

De lo que pudo ser un paso histórico por el club cordobés, aquel episodio concreto convirtió en un claroscuro lo que iba para brillante etapa de Saja en Córdoba. Una mancha indeleble.

El portero del Real Zaragoza, al margen de aquel episodio que el cordobesismo tiene clavado en su memoria, guarda gratos recuerdos de su breve paso por las orillas del alto Guadalquivir. "Yo viví unos meses magníficos en Córdoba y dejé muchos amigos. Es una ciudad muy 'futbolera', que me acogió muy bien... pero ocurrió la pena esta del final, el no poder salvarnos por un solo punto después de tanto esfuerzo como hicimos", recuerda Saja.

El guardameta zaragocista ya vivió la sensación de jugar en el Nuevo Arcángel en la primera vuelta, cuando militaba en el Nástic de Tarragona (perdió 2-0 el cuadro catalán con dos goles del ex del Real Zaragoza, Rodri, uno en cada tiempo). Hacía 12 años que no pisaba Córdoba y, sin embargo, a causa de su fichaje por el club aragonés, va a tener la oportunidad de jugar hasta dos veces en la misma temporada bajo las porterías que un día fueron las de su equipo, eso sí, en un campo algo diferente al que ahora presenta el club andaluz. "El campo era nuevo, pero lo habían construido con pista de atletismo y lo estaban remodelando cuando yo viví allí. Los dos fondos no existían, los habían derruido. Recuerdo que en uno de los goles, tras la lona que cubría la portería, dejábamos los coches los futbolistas. Solo estaban en pie las dos tribunas largas, las laterales. Así que cuando estuve con el Nástic en septiembre me lo encontré muy cambiado, bonito, todo para bien", explica Saja a 48 horas de un nuevo regreso a la que fue su casa fugazmente.

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