Marcelo Silva, la vuelta del más regular

El central uruguayo, el mejor fichaje del pasado verano (con diferencia), 'refuerzo' de enjundia para Agné en Alcorcón.

Marcelo Silva, en la mañana de este jueves al inicio del entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Marcelo Silva, la vuelta del más regular
José Vidal

Marcelo Andrés Silva Fernández volverá al once inicial del Real Zaragoza este domingo en Alcorcón. Una buena noticia para Raúl Agné, pues el central uruguayo es uno de los jugadores más regulares del irregular equipo zaragocista, algo de alto valor al tratarse de un defensa, la línea con valores numéricos más preocupantes en los 25 partidos que ya se han disputado desde agosto como consecuencia de los 35 goles que han entrado en la portería blanquilla en ese tiempo.

Marcelo Silva cumplió el pasado fin de semana ante el Levante el castigo por su segundo ciclo de cinco tarjetas amarillas y arranca limpio la recta final del campeonato, los 17 partidos que aún restan hasta junio. Precisamente esta razón disciplinaria, la de las tarjetas, ha sido desde que la liga arrancó uno de los dos motivos de ausencia del charrúa en el once inicial, tanto de Milla en su momento, como de Agné después. Silva se perdió el partido del Sánchez Pizjuán ante el Sevilla Atlético, tras recopilar su primera tacada de cinco en las primeras 9 jornadas, y el pasado domingo ante el Levante repitió episodio. Entremedias, faltó ante el Girona porque el partido anterior, en Vallecas, fue expulsado por doble tarjeta.

La otra razón fue una inoportuna lesión en los isquiotibiales de la pierna derecha, con rotura fibrilar, que lo apartó del equipo tres jornadas tras sufrir el percance en el entrenamiento de un jueves, en las horas previas a viajar a Getafe: no estuvo en el Coliseum Alfonso Pérez, tampoco ante el Reus y, finalmente, también causó baja en Cádiz.

Silva ha jugado todos sus partidos completos, los 90 minutos, hecho que ocurrió en 19 jornadas. Jamás ha sido sustituido y jamás se ha barajado su posible suplencia. Cabría decir que también cubrió con todas las correspondientes propinas de tiempos añadidos sin no hubiera sucedido la referida expulsión en Vallecas, en la previa a la Navidad, ya en el aumento, cuando se sobrepasaba el minuto 92 e hizo un penalti (al final, anecdótico) a Javi Guerra que originó su segunda amarilla del partido y la consiguiente roja que, además, le impediría ser alineado frente al Girona al regreso vacacional.

Curiosamente, sin Marcelo Silva el Real Zaragoza no ha ganado un solo partido. Su falta en la línea de retaguardia es, hasta hoy, sinónimo de problemas mayores. En Sevilla, sin él y con el debut forzado de José Enrique como central improvisado, el Zaragoza de Milla perdió 2-1. Durante la lesión muscular que padeció, el equipo perdió 1-0 en Getafe, con Bagnack como fallido relevo; empató 2-2 en La Romareda contra el Reus, de nuevo con José Enrique como comodín provisional; y en Cádiz cayó por el rotundo 3-0 que volvió a poner en entredicho a Bagnack, su remedo aquella dura noche. El día del Girona, reciente, los catalanes ganaron 0-2 en Zaragoza en el fallido estreno de Jesús Valentín, recién llegado del Huesca. La historia se repetiría el pasado domingo con la visita del otro gallito de la división, el Levante, que se llevó un 0-1 que aún escuece, de nuevo con Jesús Valentín  jugando junto a Cabrera en ausencia del talismán Silva.

Marcelo ha jugado 1.709 minutos exactos en 19 partidos. Solo Zapater, Cabrera y Ángel superan esa marca, como derivada directa de que ninguno de esta terna (y que así sea hasta junio) ha perdido el paso por una lesión desde agosto ni tampoco han acumulado el ciclo de amonestaciones.

En el recuento de los 35 goles encajados por el equipo, Marcelo Silva no sale gravemente señalado en ninguno de ellos. Evidentemente, anduvo cerca del remate del goleador rival en varios: de Jason en el primero del Levante el día del 4-2; le pitaron la mano inexistente (le dio en el pecho) ese mismo día en el 4-1 que marcó Roger desde el punto de penalti; en primer gol del Elche, en el 1-3 sufrido en La Romareda, le faltó algo de agilidad en la última cobertura ante Pelayo; como en el 2-2 final de Lekic en Mallorca, que se anticipó a los dos centrales por alto; aquel penalti final de Vallecas en la victoria por 1-2; el aclarado letal que le hizo medio Zaragoza a Fede Vico para que empatara en el 1-1 del Lugo; o el primer tanto del Huesca en el 2-3 del último día, donde faltó contundencia por arriba. Pero no se le puede achacar ningún error monumental, solo los propios de su rol, de su posicionamiento en el campo, de su obligada presencia cerca de la portería propia en las jugadas claves de los tantos rivales.

Si se exceptúa a los aragoneses Zapater y Cani, cuyos fichajes el pasado verano llegaron motivados por cuestiones que, al margen de lo deportivo, trascendían al ámbito emocional y sentimental del club en unos momentos complicados que necesitaban de guiños de complicidad como aquellos, Marcelo Silva es (con diferencia) el mejor fichaje del verano pasado. Casi la única excepción del repertorio de jugadores que captó y contrató Narciso Juliá durante julio y agosto. El único que ha rendido regularmente según las expectativas planeadas desde el primer día.

Por este tipo de detalles y datos que, tras cinco meses de competición, adquieren un peso específico importante en cualquier análisis particularizado, el retorno de Marcelo Silva este próximo partido en Alcorcón es para Raúl Agné y para el Real Zaragoza en general una gran noticia en los tiempos que corren. Como ha sido pauta habitual desde que se lesionó José Enrique y engranó en el equipo el recién llegado Jesús Valentín, la primera opción es que Agné repita la línea de zagueros que firmó el triunfo en Huesca en la última salida: con el nuevo Feltscher como lateral derecho, Leandro Cabrera volcado de nuevo al lateral izquierdo, y con Valentín y Marcelo Silva ejerciendo de torres por delante del portero zaragocista, tal vez Saja.

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