¿Qué pasa con Javi Ros?

Habitual pareja de Zapater desde que Agné instauró el doble pivote central, el navarro ha desaparecido en los dos últimos partidos y se le ha echado en falta.

Javi Ros celebra el gol que anotó al Almería en La Romareda, el primero de la era Agné en el banquillo.
¿Qué pasa con Javi Ros?
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Javi Ros no es un fuera de serie. No es tampoco un futbolista que marque las diferencias por sí solo. Ni una pieza que genere, por su presencia, temor en el contrario. Pero, en el actual Real Zaragoza, el centrocampista navarro ha demostrado en lo que va de temporada que es un elemento que suma, que aporta valores que nadie más da a la línea de medios. Su dinamismo, su capacidad de cobertura de un amplio espacio de terreno -de área a área-, es una dotación táctica que no tiene parangón en la plantilla actual.


Pues bien, Javi Ros ha desaparecido del equipo porque Raúl Agné así lo ha decidido en los dos últimos partidos, en Tenerife y Murcia. Ni un solo minuto ha jugado Ros. Nada de nada. Banquillazo en toda la regla. Su sustituto, por criterio táctico de Agné, ha sido el recién llegado Jesús Valentín, que fue presentado como defensa central, su puesto matriz -ahí debutó el día del Girona en ausencia por sanción de Marcelo Silva-, y que ha terminado por ser utilizado por el técnico como centrocampista sin éxito alguno, vistos los resultados tanto en el marcador como en el juego desplegado. 


Se ha echado en falta a Ros por motivos obvios. El de Tudela se mostró, desde que comenzó a jugar junto a Zapater, como el más adecuado acompañante del veterano medio centro aragonés. Un contrapunto que mezcló de forma positiva, como guardaespaldas en unos casos, como desahogo de basculación y ataque en otros. Porque Ros tiene salida de balón y llegada al área rival. Es un futbolista con despliegue táctico en busca de espacios y en ofrecer líneas de pase en lugares trascendentes. Jesús Valentín, en cuya cabeza hay un defensa, no ofrece nada de eso. Pero nada de nada. 


Agné armó un doble pivote de músculo y brega en Tenerife, el citado Zapater-Jesús Valentín, con resultados ya analizados a la conclusión del partido en la isla: derrota por 1-0, nula creatividad e insuficiente aportación al global del grupo como para sumar algún punto. Javi Ros, sorprendentemente, no fue ninguno de los tres cambios. Incluso, estuvo por delante de él Erik Morán, un jugador a quien el club tiene previsto desvincular de la SAD en las próximas fechas del mercado invernal, abierto hasta el día 31. 


Lo más impactante fue ver cómo, pese a este adverso antecedente vivido en Canarias siete días antes, Agné reincidía en el método en Murcia el pasado sábado ante el UCAM. De nuevo Zapater-Jesús Valentín fue el doble engranaje del timón del equipo. Y Javi Ros continuó sin salir del banquillo en ninguna de las tres opciones de sustitución que utilizó el entrenador aragonés. Y, de nuevo, Morán fue su primera opción 'revulsivo' al inicio de la segunda mitad, sin que el navarro calentase siquiera.


La desaparición de Javi Ros del equipo es la incógnita más llamativa e inexplicable, en términos futbolísticos, que se aprecia -desde fuera- en relación al manejo que ha hecho Agné de su plantel en las dos últimas jornadas. Los motivos, por ahora, solo tienen fundamento de puertas adentro.


Ros comenzó la temporada como suplente, con Milla. Eran los tiempos del 4-1-4-1, donde Zapater fue el pivote único y Lanzarote, Morán, Cani y Xumetra conformaban la línea de cuatro volantes-interiores que el técnico turolense veía como mejor opción para armar el contrapeso defensa-ataque del equipo. Cuando Milla usó el 4-2-3-1 eventualmente, fue Wilk el compañero de Zapater (en el campo del Levante, con pésimo resultado). Las bajas dieron la alternativa a Ros en el puesto de Morán en el triunfo ante el Alcorcón (2-0) en la jornada 5ª, con un buen partido del navarro. Repitió, volcado a la banda izquierda, en el 0-0 de Tarragona. 


Cuando Milla mutó su plan para acudir a un trivote, metió a Ros junto a Zapater y Morán en un engranaje que no funcionó en Soria (derrota 2-1), ni ante el Córdoba en La Romareda (1-1), ni en Sevilla (2-1 abajo ante el filial sevillista). Curiosamente, el primero en utilizar el doble pivote Zapater-Ros fue el propio Milla en su último día como zaragocista, en el 0-0 de Valladolid. 


Agné aprovechó esa herencia, la vio conveniente, y arrancó con ese modelo. Lo hizo con éxito, sumando 7 de sus primeros 9 puntos en liza: el buen rendimiento de Ros en su papel de escudero de Zapater destacó en los triunfos ante el Almería (2-1) y el Mirandés (2-0) y en el empate 2-2 en Mallorca. El primer gol de la era Agné lo hizo Javi Ros. Se lo endosó al portero almeriense Casto, en el minuto 12, remachando en el área el rebote de la barrera tras una falta lanzada por Lanzarote. Toda una señal de lo bueno que iba a dar Ros en esa fase de la liga. 


Repitió ante el Getafe y el Reus, sin que Ros bajase demasiado el nivel de su juego pese a que los marcadores finales no fueron buenos. En Cádiz, cuando la hecatombe de aquel 3-0 que pudo ser goleada histórica, Javi Ros no estuvo tras sufrir una fisura en la mandíbula. Y se notó su falta. Morán, su sustituto, fue un auténtico caos aquella noche en el Carranza. Regresó el tudelano ante el Oviedo y el Rayo Vallecano, donde el Real Zaragoza encadenó sus dos últimas victorias. Su aportación fue notable. Su figura creció exponencialmente.


De repente, tras el 0-2 ante el Girona, en el que todos estuvieron por debajo del mínimo exigible, Agné decidió que Ros ya no volviera a jugar. Su apuesta, en su lugar, ha sido la figura de Jesús Valentín en modo centrocampista 'pseudocreativo'. Y, claro, el central canario no ha ofrecido aquello que Javi Ros sí ofrece por su propia idiosincrasia: movilidad, agilidad con el balón, amplitud de coberturas, llegadas a las zonas de peligro...


A Javi Ros, uno de los ocho o nueve únicos jugadores que el Real Zaragoza 2016-17 puede considerar de rendimiento suficiente durante los primeros meses de liga, lo ha apartado de la circulación el propio entrenador. No ha habido razones futbolísticas previas que invitasen a dejarlo fuera del once inicial de manera tan drástica. Vistos los resultados de Tenerife y Murcia, un lujo pagado a precio muy caro por el equipo. Sin ser Ros un fuera de serie, en el actual Zaragoza es capitán general. Hablan los hechos y los números. No la subjetividad.

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