Dos semanas de decisiones delicadas

Ya se pisan terrenos de la segunda quincena de enero. El día 31 se cierra el mercado invernal de fichajes y, por lo tanto, al Real Zaragoza solo le restan dos semanas para llevar a cabo la reestructuración de su plantilla, en la medida en que le sea posible por cuestiones financieras y, derivadas de estas, de otras más de otro tipo de índoles.

Con el equipo 13º en la tabla a la conclusión de la primera vuelta, dos entrenadores en nómina en los primeros cinco meses de liga y muchos futbolistas que no han alcanzado el nivel mínimo exigido por la SAD para pelear por la cabeza de la clasificación, el mercado de invierno que se abrió hace 15 días aparece esta vez en el camino -como en años anteriores ya sucedió- como el último flotador para salvar la campaña con éxito. Visto el rendimiento hasta ahora, es una evidencia que al Real Zaragoza no le da de sí su material humano como para pensar en ascender.

Son 15 días del máximo valor para el futuro inmediato del club. Sin dinero, es momento para que los ejecutivos muestren sus habilidades negociadoras en el agitado mercado del balompié mundial. Los Cuartero, Juliá y Valentín, desde la dirección general y la responsabilidad del área deportiva, están en unos momentos de la máxima responsabilidad, cual cirujanos entrando al quirófano para hacer una operación de 15 horas a vida o muerte.

Mientras tanto, la liga proseguirá con dos partidos convertidos en finales para Agné y sus muchachos. Es la derivada de las dos derrotas seguidas ante Girona y Tenerife que han vuelto a despeñar al Zaragoza a la zona media-baja del escalafón de Segunda, lejos de los puestos pretendidos y con la cola demasiado cerca como para desdeñar problemas superiores.

Mientras los ejecutivos intentar fichar y dar salidas, doble dirección en la que sería necesario obrar varios movimientos de alta estretagia, el entrenador y los futbolistas -todos, también los que están en trance de salir del equipo- deberán mostrar su implicación, su honradez profesional y su orgullo personal ante el UCAM Murcia y el Lugo, los dos choque que se dirimirán simultáneamente al cierre del mercado, con el alboroto que ellos conlleva alrededor del vestuario.

Llegan 15 días nerviosos, complicados de vivir para los protagonistas del primer plano de atención. En los despachos, sería poco explicable llegar al próximo fin de semana, al viaje a Murcia, con el estado de quietud que reina en el Real Zaragoza desde hace 10 días. Hacen falta movimientos, actividad, muestras de agilidad en unos terrenos de difícil gestión sin músculo dinerario. Y en el campo, hará falta ver un mayor alto nivel de amor propio e intensidad en el equipo ante la amenaza de severa crisis que se cierne de nuevo sobre ellos, jugadores y cuadro técnico.

Vienen, por todo esto, dos semanas que dejarán muchas lecturas de cara a la recta final de este enrevesado curso para el Real Zaragoza.