Las ansias por que llegue ya enero envuelven el duelo de Vallecas

Agné reconoce que el parón navideño y la apertura del mercado de fichajes son evaluados en el club como un necesario y decisivo punto de inflexión.

Raúl Agné da indicaciones a la plantilla durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Raúl Agné da indicaciones a la plantilla durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Oliver Duch

Cuando Raúl Agné llegó al Real Zaragoza en sustitución de Luis Milla, restaban ocho partidos para el parón de Navidad. El del Rayo Vallecano, que se juega ya este domingo, en unas horas, era el hito referencial en el horizonte para un ansiado momento marcado entonces con rotulador fosforescente en el plano del nuevo entrenador y del área deportiva, una vez que fue obligado cambiar el rumbo iniciado en verano con el destituido técnico turolense. Había que llegar ahí de la mejor manera. Sumando cuantos más puntos fueran posible, vivos en la pelea por el ascenso en cualquier modalidad, incluida la zona de promoción.


¿Por qué? Porque tras el paso por Vallecas se abrirá el mercado invernal de fichajes, a partir del 1 de enero. Y, de este modo, a Agné le podrán modificar desde el estrato superior la composición de su plantilla, hecho que se considera obligado y necesario para reconducir los pasos titubeantes y defectuosos del Real Zaragoza gestado en julio y agosto, que ha salido con diversas taras. Así que, el transcurrir del tiempo (dos meses de irregularidad máxima) y el hecho de alcanzar por fin la meta volante de esta cita ante el Rayo en Madrid es, en términos logísticos, un alivio para los miembros del ámbito futbolístico de la SAD.


"¿Que si es un alivio llegar ya al último partido de diciembre? Es un alivio... si logramos ganar y nos marchamos así de vacaciones. Eso sería... ¡buah!", dijo entre sonrisas Agné, sin especificar su epíteto, cuando se le preguntó por su sensación mental una vez llegados a este punto de la liga. Y, tras la chanza, abordó el asunto sin rodeos y con franqueza: "Creo que el parón nos vendrá bien, ganemos, empatemos o hagamos lo que sea en Vallecas. Nos irá bien", reconoció en relación a los síntomas de raquitismo en solvencia y rendimiento que está manifestando el Real Zaragoza desde hace semanas.


Porque, en efecto, Agné está pensando en la remodelación del equipo en los próximos 45 días. Un asunto fundamental en el futuro inmediato del cuadro zaragocista. "En este parón se abrirá el mercado de invierno, se verán ya las posibilidades de ficharse verá, ya con capacidad de análisis suficiente, dónde tenemos déficit; lo que podemos traer, lo que no podemos traer. Estoy convencido de que tras este parón el equipo será más fuerte. Intentaremos que sea más fuerte", admitió, dejando claro que todos los miembros del 'staff' deportivo llevan días trabajando en la revolución de enero que se presume.


Agné sueña con un antes y un después de Vallecas. Con un pre y un pos de las vacaciones navideñas. "La gente va a descargar emociones en esta pausa y, como entrenador, eso es positivo. Cuando volvamos tendremos calidad de trabajo, con una semana sin competición para poder entrenar con calma conceptos y fundamentos básicos para mí", abundó en sus ansias por que pase cuanto antes el partido frente al Rayo y llegue el punto de inflexión del cambio de año natural. Pero, sobre todo, en el proyecto de las próximas fechas, sobresale la cuestión mayor en el apartado técnico-táctico que afecta al Real Zaragoza del presente: cómo, cuánto y con qué sujetos protagonistas va a obrarse el cambio de cara de la plantilla durante un intenso mes de enero. De lo que ahí ocurra depende en buena medida el éxito de la temporada. 

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