Agné advierte de cambios de cara a recibir al Oviedo

La hecatombe de Cádiz y el inicio de una nueva crisis de resultados llevan al entrenador del Real Zaragoza a pensar nuevas fórmulas tácticas.

Raúl Agné, en uno de sus clásicos gestos durante la rueda de prensa en Cádiz tras la derrota por 3-0.
Agné advierte de cambios de cara a recibir al Oviedo
Cádiz CF Web

Raúl Agné advirtió, en caliente, nada más concluir el penoso partido del Real Zaragoza en Cádiz, de la posibilidad de menear el árbol de la plantilla durante la semana de cara a ejecutar cambios en el equipo el próximo domingo ante el Real Oviedo en La Romareda (20.00). "Este partido ya se ha terminado. Y, ahora, lo único que podemos hacer es entrenar y yo, como entrenador, ir tomando decisiones por el camino. Eso está claro. Hay cosas que hemos hecho mal que no se pueden aceptar", expuso el de Mequinenza en sus respuestas en la sala de prensa del estadio Carranza. 


La plantilla no es muy amplia de origen. Además, por unas causas u otras, está mermada de manera puntual (sin Wilk de manera perenne, están de baja Marcelo Silva, Xumetra, Edu García y, fuera de su estado físico óptimo, Javi Ros y Dongou). Aun así, Agné dejó entrever la necesidad de buscar nuevas alternativas, quizá tácticas, a un bloque que se ha desvanecido en las últimas tres jornadas respecto del que el propio técnico aragonés reactivó a su llegada, cuando relevó al destituido Luis Milla. Varias de sus conclusiones en voz alta emitidas en Cádiz así lo sugieren. "En defensa, al principio, éramos más firmes y nos iba mejor. Por eso sacamos los puntos que sacamos. Pero ahora que hemos empezado a tener estos desajustes individuales, lo estamos pagando muy caro", se quejó en lo referente a la blandura defensiva de varios de sus hombres (con errores groseros de Bagnack, Casado y Fran en los tres últimos duelos ligueros).


Agné denunció un lastre que viene provocado por el perfil de futbolistas que el área deportiva eligió en verano para componer el grupo. "Cuando el partido se nos vuelve físico, en ese sentido no somos un equipo fuerte", dijo el preparador zaragocista, que sigue convencido de que la única solución para salir adelante es que sus pupilos aprendar a ser rentables con el balón en los pies. Sin él, no hay opciones de montar un bloque de cariz conservador o defensivamente potente en el sentido táctico.


Quizá esté pensando en una defensa diferente, con tres centrales y dos laterales carrileros que pueblen el centro del campo con matices distintos a los que se han visto hasta hoy. Una zaga de cinco, dicho en términos coloquiales, como la que puso en liza Ranko Popovic al final de hace dos temporadas. No hay muchas más variaciones posibles con tan pocas piezas útiles, salvo que se recurra a los jóvenes del filial desde el inicio. 


Varios futbolistas de los que jugaron en Cádiz, además, entraron en la retina de Agné de manera cruzada, torcida, lo que augura malos tiempos para ellos. "Lo que no me ha gustado, sobre todo, al margen de la derrota, es la sensación anímica en la derrota. Y eso sí que no nos lo podemos permitir. No me gusta ver un equipo que baja los brazos. Eso no lo voy a permitir. Está claro", avisó en un mensaje que tiene varios destinatarios. 


De repente, Agné descubrió los mismos males que ya denunció públicamente Milla (en Soria, en Sevilla, también en días de duras derrotas) y que fueron razones de peso para la destitución final del turolense, al que se censuró la imposibilidad por su parte de reconducir el talante pusilánime del plantel. "Puede que lo ocurrido sea porque al equipo le vienen a la cabeza viejos fantasmas, porque ve que está luchando y no acaban de estar donde quieren... la parte emocional es la más importante en este sentido", repicó Agné tras la debacle gaditana. 


Con su habitual sinceridad, Agné se aventuró a lanzar un pronóstico, tanto a modo de censura como de estímulo ulterior, en el caso de que la plantilla no sea capaz de reaccionar de inmediato ante sus indicaciones, que tendrán lugar a lo largo de esta áspera semana que aguarda hasta la visita del Oviedo a Zaragoza el próximo domingo: "Si jugamos como en Cádiz, estaremos más abajo que arriba, que nadie lo dude", asumió con crudeza el entrenador. La temperatura en el vestuario va a subir varios grados en los próximos seis días.

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