Ganar para evitar una nueva depresión de resultados

Tras la derrota en Getafe y el empate ante el Reus en La Romareda, el Real Zaragoza se ve obligado en Cádiz a eludir un tercer marcador negativo consecutivo.

Lanzarote, Fran y Juan Muñoz, en primer plano, en un momento del viaje del Real Zaragoza hacia Cádiz en la jornada del viernes.
Lanzarote, Fran y Juan Muñoz, en primer plano, en un momento del viaje del Real Zaragoza hacia Cádiz en la jornada del viernes.
Raquel Labodía

El partido de este sábado en Cádiz esgrime una hoja afilada sobre el rostro del Real Zaragoza, al que amenaza con volver a entrar en una depresión de resultados. Necesita ganar el equipo aragonés, no solo por su propia obligación de favorito, ni tampoco únicamente por superar el mal del viajero que lo tiene atrancado lejos de La Romareda desde que la liga empezó en agosto. Se trata, por encima de esas cuestiones puntuales, de obtener el antídoto inmediato que rompa cualquier atisbo de crisis, circunstancia que metería al equipo y todo su entorno en el feo bucle de hace dos meses que casi nadie esperaba y que acabó de la peor de las maneras: con Milla despedido y el equipo sumido en mil dudas. 


Porque, cierto es, el Real Zaragoza acude a Cádiz después de enlazar dos jornadas con malos resultados. Perdió 1-0 en Getafe y empató 2-2 en La Romareda ante el Reus el domingo pasado. Un punto de seis. Frenazo a la efervescencia que manifestó el equipo con la llegada de Agné, donde encadenó dos victorias (en casa ante Almería y Mirandés) y un empate fuera, en Mallorca; es decir, 7 puntos de nueve, una gran media que se ha visto colapsada en tan solo 180 minutos de peor rendimiento general del equipo. Si en Cádiz el Real Zaragoza no gana, serán tres partidos concatenados sin hacerlo. Y la clasificación lo denunciará de manera hiriente. 


Esta vez, el equipo zaragocista saltará al campo con ese peso añadido, que resulta indeleble en un club como el blanquillo si compite en Segunda División. Ubicado a mitad de tabla tras la 16ª jornada (con 21 puntos, a uno de la promoción de ascenso, a dos del ascenso directo y a solo cuatro del descenso a Segunda B), el Real Zaragoza no puede permitirse el lujo de estar tres jornadas seguidas sin ganar. Mucho más cuando, en la crisis que se llevó por delante a Milla, fueron seis los fines de semana en los que no cató el triunfo. Demasiado terreno perdido en esa fase del torneo, que ya pasó y no podrá recuperarse nunca. No son aconsejables recaídas de ese tipo. Ni siquiera que se abran brechas que las recuerden en la memoria colectiva.


Así que, por encima de obligaciones históricas, de favoritismos, de pruritos por romper estadísticas negativas o rachas puntuales de mal fario, al Real Zaragoza le interesa ganar en Cádiz para no trastabillar de nuevo y salirse de la pista, algo que en una liga tan igualada nunca se sabe qué derroteros puede tomar en fechas próximas. Se trata de cortarle las alas al diablo, para que no vuelva a fastidiar. Eso son los tres puntos de Cádiz para el equipo zaragocista en este primer domingo de diciembre. Un bálsamo, un refrendo del buen trabajo que, se presume, está ejecutando el nuevo cuadro técnico en el último mes y que, obviamente, necesita de réditos numéricos y calma a su alrededor. O sea, victorias.

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