Alrededor de 6.000 personas desafiaron este domingo a la lluvia para presenciar la victoria (0-3) de los veteranos del Espanyol frente a los del Real Zaragoza en la XXII edición del partido a beneficio de la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón (Aspanoa). Hubo récord de venta de entradas (22.000), pero las condiciones climatológicas llevaron a que casi la mitad de quienes se prestaron a colaborar -las entradas se vendieron a un precio de 2,5 euros- no acudiesen a la Romareda en una mañana gris, aunque iluminada por la mirada ilusionada de los pequeños enfermos.

Manel y Verdú -por partida doble- fueron los autores de los tantos pericos ante la impotencia local. Pesa y mucho el lastre de los tiempos de Agapito. Hay un vacío generacional, y a nuestras viejas glorias les cuesta competir con otras de pasado más reciente. Participaron Cedrún -uno de los más aclamados-, Aguado o Pérez Aguerri. No así Garitano, por su compromiso con el CD Ebro, y Aragón, que se ausentó a última hora.

Por parte del Espanyol, acudieron Fernando Molinos, Jaume García, Jordi Lardín o David Charcos, evidenciando su compromiso con la causa.

En el palco estuvieron, entre otras autoridades, el presidente de Aspanoa, Miguel Casaus; el consejero de Servicios Públicos del Ayuntamiento, Alberto Cubero; la directora general de Derechos y Garantías de los Usuarios del Gobierno de Aragón, Ros Cihuelo; el director general de Personal y Formación del Profesorado, Tomás Guajardo; o el director general de Planificación y Formación Profesional, Ricardo Almalé.

Se homenajeó al Colegio de Enfermería de Zaragoza. Su presidente, Juan José Porcar, hizo el saque de honor junto con un grupo de niños de Aspanoa.