La Federación no puede inscribir ahora a Raí Nascimento por existir un 'tránsfer' internacional

El Real Zaragoza ha intentado sin éxito adelantar la diligencia de la ficha del ariete brasileño en el hueco de Wilk. La gestión quedó ahogada en verano al llegar los papeles fuera de plazo legal.

Raí Nascimento, en un entrenamiento con el primer equipo de esta semana.
Raí Nascimento, en un entrenamiento con el primer equipo de esta semana.
Aránzazu Navarro

El intento de dotar de ficha al delantero brasileño Raí Nascimento por parte del Real Zaragoza en el lugar del lesionado de gravedad Cezary Wilk no ha obtenido éxito. La Real Federación Española del Fútbol (RFEF) se ha visto obligada a contestar negativamente a la reciente solicitud zaragocista porque la documentación de Raí está bloqueada en la FIFA (Federación Internacional de Fútbol) desde principio de septiembre y no se liberará hasta que arranque el mercado invernal, el 1 de enero de 2017. Esto es así porque, entre los documentos que habilitarán al joven ariete de 18 años a jugar en el fútbol profesional español, se encuentra el CTI (Certificate Transfer International), salvoconducto procedente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) que la RFEF visará para admitir la licencia de Raí.


El Real Zaragoza, que llegó tarde en verano a la hora de recopilar todos los papeles necesarios en tiempo y forma y vio cómo el plazo del 31 de agosto -cierre del mercado estival- se le echaba encima sin remedio, intentó que la baja de Wilk por su lesión de rodilla, por la que solicitó la apertura del plazo extraordinario en el que poder incorporar de manera excepcional un nuevo refuerzo (periodo que concluye el próximo lunes, día 14), pudiera ser ocupada por la ficha de Raí Nascimento. Así, en vez de tener que aguardar hasta Año Nuevo, el prometedor punta, que entrena todos los días con la primera plantilla desde hace tres meses, podría haber aprontado su debut mes y medio. Pero, por un lado, la norma respecto de estos fichajes excepcionales por lesión de larga duración es muy concreta: quien sea contratado ha de venir de un equipo de las ligas españolas y, en el caso de Raí, ése tránsfer que imperiosamente debe aportar el Botafogo –su último equipo en Brasil– para certificar su guía futbolística desde la base, lo convierte indefectiblemente en alguien que viene del extranjero en términos legales.


Y, además, no cabe negociación alguna por parte del Real Zaragoza. Con nadie. La RFEF está atada de pies y manos porque, desde hace un tiempo, este tipo de operaciones están centralizadas en el llamado ITMS (International Transfer Matching System). Un sistema de control infalible de todo tipo de transacciones en el mundo que, dotado de alertas, maneja los tiempos y la documentación entre clubes y jugadores de distintos países de manera fidedigna. Aunque la RFEF quisiera abrir la mano con el Real Zaragoza, que ha podido aducir en este caso que Raí lleva ya varios años en España, que se trata de un caso absolutamente único por cómo fue su llegada a Zaragoza de la mano de su tutor, Borja Alcazo, en 2012, simplemente no puede porque la FIFA no entiende de singularidades.


El ITMS pone en evidencia que el Real Zaragoza llegó tarde a recoger y poder presentar la documentación de Raí en verano. Y, por ello, la tiene retenida hasta la siguiente ventana ordinaria de fichajes, la de enero. Y, en el caso que concurre, este periodo excepcional por la lesión de Wilk no reúne las condiciones legales que permitan dar de alta a Raí por existir un ‘tránsfer’ internacional de por medio. Tampoco puede incribirse a Raí como si fuera un jugador libre, del paro, porque en la documentación que retiene la FIFA hay un contrato. Así que no hay nada que hacer.


El Real Zaragoza no fichará, pues, a nadie, en el lugar de Wilk. Y Raí podrá ser inscrito en la RFEF (y después en la LFP) en el mercado invernal, lo que obligará, a partir de entonces, al club zaragocista a pagar alrededor de 14.000 euros al Fluminense (10.000) y al Botafogo (4.000) en concepto de formación del jugador en la franja de edad de entre los 12 y los 15 años, cuando militó un tiempo en cada uno de esos dos clubes cariocas. Otro concepto que la FIFA controla al milímetro, que resulta indeleble e inderogable con el paso del tiempo y que, en la era de la anterior propiedad del Real Zaragoza, generó una sanción con el extraño caso del costarricense Estrada y el club Alajuelense.

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