El Mirandés llega a Zaragoza en su peor racha y con Terrazas tocado

Los burgaleses han perdido los cuatro últimos partidos sin marcar un solo gol. Una quinta derrota podría desencadenar un terremoto en Miranda.

Carlos Terrazas, en su última rueda de prensa en Anduva tras perder el domingo pasado ante el Nástic, el colista.
El Mirandés llega a Zaragoza en su peor racha y con Terrazas tocado
CD Mirandés web

El Real Zaragoza va a encontrarse el domingo en frente a un rival tambaleante, tanto en su solvencia de resultados, como en su ámbito anímico. El CD Mirandés llegará esta vez a La Romareda inmerso en su peor racha histórica desde que subió a Segunda División en 2012, hace ya cinco campañas: acumula cuatro derrotas seguidas, sin anotar un solo gol en esos cuatro partidos. Y, por delante, los dos partidos previos a este desastrosos tramo liguero, los burgaleses empataron en ambos casos, por lo que su balance es de 2 puntos sumados de los últimos 18 disputados.


El último domingo, el Mirandés perdió en su estadio de Anduva 0-1 ante el Nástic de Tarragona, el colista, que logró así su primera victoria del curso. El fin de semana anterior, había perdido 1-0 en Alcorcón. Siete días antes, el Levante líder le había vapuleado por 0-3 ante su afición. Y venía de encajar otro 3-0 en El Alcoraz frente al Huesca. Este es el póquer de tropiezos estruendosos que han metido a los de Terrazas en el agujero negro más profundo del último lustro. En la antesala de este apagón, los mirandeses empataron 2-2 en su casa ante el Lugo (y remontando un 0-2 inicial) y, asimismo, igualando 2-2 en Murcia frente al UCAM.


Su último triunfo, de hecho, data del 24 de septiembre: 3-2 al Tenerife en Miranda. El clima era aún veraniego y se iba al fútbol de manga corta. 


Este mes y medio de desfondamiento y pérdida de brújula total ha llevado al Mirandés de la parte alta de la tabla, donde ostentó la escarapela puntual de ser el único de los 22 equipos que permanecía invicto tras jugarse las 9 primeras jornadas, al balcón de la zona de descenso a Segunda B: es actualmente el 18º, quinto por la cola, con un solo punto de colchón salvavidas. 


Por todo esto, el Mirandés saldrá este próximo domingo al estadio zaragozano cargado de responsabilidad y de obligaciones de todo tipo. Hacía mucho tiempo que no se extendían los nervios y las dudas por la ciudad del alto Ebro como lo han hecho en los últimos días. Hasta el respetado, casi adorado, Carlos Terrazas, su entrenador y director deportivo en una sola persona, ha perdido créditos por el camino en este estado de 'shock' que vive la afición y la entidad mirandesa. Una nueva derrota en Zaragoza, que sería la quinta seguida, podría generar un terremoto de número alto en la escala Ritcher del fútbol en Miranda de Ebro. Algo que cuesta creer a los rectores de la entidad, que nadie imaginó en Anduva hace solo mes y medio.


En cierto modo, la racha del Mirandés se asemeja mucho a la que atravesó el Real Zaragoza en la fase final de Luis Milla como entrenador. Pero es, incluso, más severa en sus números y efectos anímicos en los protagonistas del Mirandés. 


Con este rival, con todo lo que jugar ante un adversario en estas condiciones, también tendrá que saber administrarse el Real Zaragoza de Raúl Agné el domingo. Esta especial situación del Mirandés convierte el duelo en algo diferente, anormal, extraordinario. Habrá sobre la hierba zaragozana muchos aderezos secundarios en cada lance del juego que, inevitablemente, aportará siempre el cuadro burgalés por su estadio de necesidad, ansiedad, vértigos y demás afecciones propias de quien lleva un mes sin ver puerta, sin ganar un partido y dudando hasta de su razón de ser en esta Segunda División. Es, para los zaragocistas, un partido de doble filo, lleno de trampas loberas, que tendrán que desactivar para no ser el equipo aspirina de los rojinegros.

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