El Real Zaragoza no ha ganado todavía como visitante en esta liga. A Luis Milla, destituido en la jornada 11ª, se le escaparon seis partidos a domicilio sin lograr una victoria. Solo tres empates contempla su cosecha (3-3 en Lugo y sendos 0-0 en Tarragona y Valladolid), con otras tantas derrotas (Levante, Numancia y Sevilla Atlético). Seis viajes sin el premio del triunfo no se daban, en un arranque de temporada, desde la última época en Primera División, en la campaña 2011-12 que inició el mexicano Javier Aguirre, quien se marchó despedido tras 17 jornadas (8 fuera de casa, sin saber lo que era un triunfo). Ahí está el Real Zaragoza actual. Ese año, hubo que esperar hasta el 12 de febrero, ya con Manolo Jiménez al frente del vestuario, para saborear un éxito lejos del hogar: aquel 0-2 en la matinal de Cornellá-El Prat ante el Espanyol con goles de Da Silva y Juan Carlos Pérez (ahora Juankar).

Raúl Agné tiene, este sábado en Mallorca, la primera oportunidad para romper este deficiente rendimiento del equipo cuando sale de su ambiente y su estadio. Si el Zaragoza gana en Son Moix, lo haría a la séptima intentona. Ninguno de los antecesores de Milla tuvo tan mal inicio en los últimos años en Segunda. El año pasado, Ranko Popovic sacó los tres puntos en Albacete, ganando 1-3, en el cuarto desplazamiento del curso, por los Pilares. Antes, había empatado los tres anteriores (Miranda, Leganés y Lugo) y, posteriormente, igualaría también en los dos siguientes, en Girona y Mallorca. El técnico serbio tuvo invicto al Real Zaragoza hace 12 meses hasta que cayó 1-0 en Alcorcón, en su séptimo viaje, ya metidos en noviembre, como ahora. 

En la liga precedente, la 2014-15, Víctor Muñoz logró el primer triunfo a domicilio en el tercer desplazamiento de los zaragocistas: 0-1 en Palamós ante el Llagostera, a finales de septiembre. Antes de ser despedido, el entrenador aragonés aún tuvo tiempo de ganar un segundo partido lejos de Zaragoza, aquel 1-3 en Alcorcón en la 11ª jornada. Nada que ver con el penoso caminar como visitante del actual equipo blanquillo que Agné hereda de Milla. El talón de aquiles de Muñoz estuvo en aquel tiempo en La Romareda.

Un año antes, en el retorno a Segunda tras el traumático descenso, Paco Herrera encontró la primera victoria fuera de casa en el tercer viaje: 1-2 ante el RM Castilla en el campo Alfredo Di Stéfano de Valdebebas, a las afueras de Madrid. Y, en el siguiente partido a domicilio, repetiría éxito al ganar 2-4 en Mallorca en una mañana de domingo llena de eficacia ofensiva.

Como se aprecia, lo del actual Real Zaragoza es absolutamente atípico, anormal en los últimos cursos en la división de plata. Hasta Manolo Jiménez, el año de la fatal pérdida final de la categoría máxima, tuvo un mejor arranque competitivo fuera de La Romareda con el último Zaragoza de Primera. De hecho, ganó 1-2 al Espanyol en Cornellá-El Prat en pleno agosto, en la 2ª jornada, el primer desplazamiento del torneo. Y a estas alturas de noviembre, ya había ganado un segundo partido fuera, aquel 1-2 en Los Cármenes ante el Granada de la 8ª jornada.

En el anterior paso por Segunda, Marcelino García Toral consumó el primer triunfo lejos de Zaragoza en el cuarto viaje, el que llevó a los blanquillos a Sevilla para ganar 0-4 al filial sevillista en el Pizjuán en octubre.

Así pues, el cambio de entrenador, la marcha de Milla y el aterrizaje de Agné, tiene ante sí este gran reto relativo a la rentabilidad del Real Zaragoza en la competición de Segunda División: empezar a ganar ya partidos como visitante. Un equipo que quiere estar arriba en la tabla en esta categoría, no puede estar tantos meses sin cosechar los tres puntos fuera de casa en algún partido, aunque sea de vez en cuando. Una obviedad que se ha llevado por delante a Milla y que Agné debe reparar cuanto antes.