Más allá de las mejoras colectivas, el partido contra el Almería también significó la resurrección individual de Javi Ros, un futbolista desorientado en las primeras jornadas, muy alejado del nivel de juego y rendimiento de la pasada temporada. Entonces, en enero, llegó al Real Zaragoza procedente del Mallorca, tras una operación silenciosa y veloz.

Ros fue una de las piezas útiles de Lluís Carreras en esos seis meses de carrera frustrada hacia Primera. Lo fue con un fútbol dinámico, territorial, intenso, disciplinado y sacrificado; virtudes, todas ellas, que parecían soterradas esta temporada. Hasta el partido contra el Almería. Con la mano de Raúl Agné, floreció el centrocampista para todo, de elevado motor y cilindrada, que se ganó la renovación en junio. Además, cazó el primer gol del partido. "No es habitual que marque, pero lo importante es que el equipo ganara. Veníamos de una mala racha y, por fin, sumamos de tres. Es lo que estábamos buscando y, encima, lo conseguimos en casa", indicó este miércoles antes del entrenamiento en la Ciudad Deportiva.

El cambio de entrenador se reflejó en cierta reanimación del equipo. Javi Ros lo analizó así: "Las sensaciones fueron muy buenas. En la primera mitad, jugamos muy juntos y luego supimos leer el partido en cada momento. Eso nos hizo estar más cerca de la victoria. Cada técnico tiene su forma de trabajar. Raúl tiene un método diferente, pero no debemos comparar entrenadores. Ahora, con Raúl, debemos centrarnos en entender cuanto antes lo que quiere para el equipo".

Después de varias semanas de incertidumbre posicional, Javi Ros regresó -aunque en Valladolid ya Milla lo probó ahí- al doble pivote. Una demarcación y unas funciones en las que se potencian sus características. Esta temporada ha sido extremo izquierdo, falso extremo, interior… "Estoy contento por ser titular en el primer partido de Raúl Agné, es una muestra de confianza y una oportunidad. Ahora, tengo que aprovecharlo, porque creo que aún tengo margen", asume. "Estoy cómodo, más acostumbrado a jugar de centrocampista, más por la zona del centro del campo, pero por circunstancias debí hacerlo en banda izquierda en algunos partidos", añade. Ese doble pivote con Zapater se anunció como la clavé de bóveda del ambicioso 4-4-2 de Raúl Agné: "Alberto no solo da trabajo físico, también hace cosas muy bien con el balón. Ayuda en muchas facetas".

Agné señala este miércoles en una entrevista en la edición escrita de HERALDO que espera mucho de Ros: "Estuvo muy bien, como todos, porque entendió su rol. Y encima es un caso en el que yo creo que es mejor futbolista de lo que él se cree. Puede dar un paso al frente, tirar a puerta, pisar área… Pero vamos poco a poco, escalón a escalón". Javi Ros toma ese propósito con buenas vibraciones: "Quizá tenga razón. Yo trabajo para que así sea y pueda dar ese nivel. En eso estamos".

Javi Ros vuelve este fin de semana a Mallorca. Durante temporada y media, se convirtió en uno de los futbolistas de mayor calado social del equipo balear. Un jugador admirado dentro y fuera del campo. Tanto que se le eligió capitán. Solo jugó 38 partidos (marcó tres goles y dio dos asistencias), aunque fueron suficientes para dejar huella y que el Mallorca le dejara huella a él. "Es especial porque fui capitán y estuve allí. Ojalá podamos traernos la primera victoria fuera de casa", apuntó. Hace un año (se jugó el 7 de noviembre de 2015), este mismo enfrentamiento entre Mallorca y Zaragoza lo vivió vestido de rojo y negro y con el brazalete puesto. Un empate a cero insulso entre los equipos de Albert Ferrer y Ranko Popovic, dos técnicos que no acabaron la temporada. Todo ha cambiado demasiado, con revoluciones en ambos vestuarios, aunque Javi Ros no pierde detalle de su exequipo: "Son un conjunto muy complicado. Muy fuerte en casa, donde encajan pocos goles (en toda la campaña han encajado diez goles, aunque solo uno en su estadio). Poseen una defensa fuerte y delante tienen buenos jugadores".