Ángel insiste en la tesis de Milla: “Tras el primer gol, bajamos los brazos”

El delantero del Real Zaragoza reconoce la actitud inánime del equipo una vez que se pone por detrás en el marcador

Ángel, en un clásico gesto suyo durante el partido en La Romareda.
Ángel, en un clásico gesto suyo durante el partido en La Romareda.
LFP

Ángel Rodríguez le da la razón al entrenador, Luis Milla, cuando viene anunciando desde la derrota de Soria, hace cinco jornadas, que el equipo queda abatido, desmoralizado, sin respuesta y a merced de los rivales cuando encajan un gol del rival. Una preocupante coincidencia de diagnósticos. Según el ariete canario, lo que se sintió sobre el césped de La Romareda desde su posición, cuando el Elche marcó el 0-1 en el minuto 28, fue exactamente esto: “Mi sensación es que, desde que encajamos el primer gol, bajamos los brazos. Es como una desolación, como si el partido ya lo hubiésemos perdido y nos costase muchísimo volver a remontar”, describió con una alarmante crudeza.


Ángel, con su cristalino análisis, aumenta el grado de preocupación en el exterior. No es normal una actitud así en un equipo de fútbol profesional. El tinefeño dice no saber a qué se debe esa pose de desazón del equipo cuando recibe un tanto del contrincante. “Yo no lo sé. Si lo supiera, lo hubiéramos resuelto hace varias jornadas. No sé si es por temas psicológicos, si somos derrotistas, si a nivel físico es que no nos da...pero la verdad es que llevamos ya varios partidos que, cuando nos meten un gol, el equipo baja muchísimo el nivel”, subrayó el goleador zaragocista en la primera rueda de prensa de un miembro de la plantilla en esta dura semana.


El ‘9’ zaragocista lanzó su lamento al aire, con un tono de reproche a todo el equipo, en el que él es una pieza clave. “Lo que pasó ante el Elche no puede pasar nunca. No puede ser que te marquen el 0-1 y acabes yéndote al descanso 0-3 de esa manera. No se te puede escapar el partido en 20 minutos. No creo que el hecho de encajar el 0-1 sea motivo para bajar los brazos”, espetó con gesto serio.


Tan serio como el fondo de este asunto. Nada puede haber peor para un colectivo que no tener capacidad de respuesta ante las adversidades, que carecer de voluntad para reparar los errores a lo largo de la hora y media de juego en un partido. Milla lo viene advirtiendo desde finales de septiembre, en Los Pajaritos. Ángel ha empezado su exposición de igual modo este lunes, 17 de octubre. El mal, que está ahí dentro, sigue sin paliativos.

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