Cani sale a pedir árnica

El veterano jugador aragonés, uno de los capitanes y emblemas del nuevo equipo, pide calma y ubica la realidad del club con crudeza.

Cani, en la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves en la Ciudad Deportiva.
Cani, en la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves en la Ciudad Deportiva.
José Vidal

El árnica es una planta de flores amarillas con probadas y ancestrales propiedades terapeúticas y curativas. Sirve como analgésico, como antiinflamatorio, como antimicrobiano. Lo mismo calma el dolor, que reduce una contusión, que rebaja las hinchazones en pocos minutos, que hace desaparecer las irritaciones en la piel. Cosas de la helanina, una sustancia que este vegetal posee en cantidades decisivas para su uso médico.


Bien, pues Rubén Gracia Calmache ‘Cani’, el veterano centrocampista aragonés, uno de los capitanes del nuevo Real Zaragoza 2016-17, ha comparecido este jueves ante los medios de comunicación solicitando varias toneladas de árnica al entorno del equipo zaragocista en estos días (los últimos 25) de erupciones alérgicas a causa del mal juego y la falta de carácter del equipo, de dolor por no encontrar la victoria en las cuatro últimas jornadas, de inflamación del sentimiento de susto al ver que el rendimiento del equipo va de más a menos de manera evidente.


Cani, que no juega desde el 10 de septiembre, cuando cayó lesionado de importancia con una seria rotura muscular en un muslo en el lamentable partido ante el Levante en Valencia (derrota por 4-2), ha sido el portavoz del vestuario en tiempos de espesura. Y sus mensajes han sido medidos y concretos, tal y como requiere la situación desde el prisma del vestuario blanquillo.


“No me gusta todo lo que está pasando. Primero, por perder. Y, después, por lo que se está generando. Esta polémica tan grande de echar o no echar al entrenador. Creo que es precipitarse un poco. Llevamos 9 jornadas, es un proyecto nuevo. Creo que lo que hay que tener es confianza en un proyecto nuevo. Si a la novena jornada estamos pensando ya en cambiar todo, pues es precipitarse”, razonó Cani de entrada, de manera directa.


“Pocos años en los que se cambia de entrenador tan rápido salen bien las cosas”, advierte por propia experiencia el futbolista del barrio de La Paz. “Si ocurre, para los jugadores supone siempre volverse locos, amoldarse a otro entrenador nuevo… pero esto es el fútbol. Insisto en que, simplemente pensar en echar al entrenador, es en estos momentos precipitarse”, apostilló el canterano zaragocista.


Cani acudió al escalafón económico de la actual temporada en Segunda División para sostener una teoría que, abiertamente, nadie se ha atrevido nunca a exponer: el presupuesto económico del Real Zaragoza 2016-17 es el 11º de la categoría, si se descuentan los pagos de salarios que se lleva el diablo (Fernández, Álamo, Ortí, Alcolea) pero que computan en el techo del equipo actual, se trata del presupuesto 17º. Es decir, que optar al ascenso a Primera con ese punto de partida es casi una utopía. “Estamos empezando un proyecto, con 15 caras nuevas, con un presupuesto de media tabla para abajo. La directiva ya empezó diciendo en verano que iba a ser un año difícil, que íbamos a tener dificultades, que si se subía, se subiría luchando y sufriendo, partido a partido”, remarcó Cani en su exposición.


“No sé lo que creéis que es sufrir. Sufrir es esto. Yo, personalmente, creía y sabía que iba a ser así este año”, ha espetado Cani para enmarcar la teoría que quieren lanzar al exterior desde el equipo. Tal vez sea el establecimiento de unas coordenadas nuevas de navegación del Real Zaragoza de aquí a junio en la Segunda División.

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