El primer entrenamiento pos Sevilla, como era previsible, no tuvo un inicio ordinario en las rutinas del Real Zaragoza. Las consecuencias ambientales de la derrota sufrida por el Real Zaragoza el pasado sábado en el Sanchez Pizjuán ante el filial sevillista han desembocado, tras dos días de meditación en la plantilla, en un punto de inflexión que ha sido escenificado en el vestuario del entrenador. Luis Milla ha recibido allí a Alberto Zapater, el carismático capitán del equipo, con el que ha charlado durante algo más de un cuarto de hora antes de dar comienzo al ensayo de este martes en la Ciudad Deportiva.

Una puesta en común sobre el presente del que Zapater informará a sus compañeros a posteriori, ya que nada más salir de la caseta del preparador turolense, el entrenamiento dio comienzo, ya sí, de manera normal. Mientras el ejeano hablaba a solas con Milla, el resto de los miembros del plantel esperaban en su vestuario o en el pasillo exterior de acceso a los campos.