Javier Tebas, candidato a la reelección de la presidencia de la Liga, cuenta desde esta semana con el aval del Real Zaragoza. Según fuentes del club aragonés, se le ha entregado al abogado oscense el respaldo y la confianza para que vuelva a ser elegido como máximo responsable de la patronal de club. Javier Tebas anunció esta semana que cuenta con 37 avales para acudir a las elecciones, uno de ellos sería así el del Real Zaragoza.

De acuerdo a estos datos, la alternativa, Álex Aranzábal, expresidente del Éibar, suma un total de cinco avales. Ha transcendido en las últimas horas que esos apoyos serían del Real Madrid, la Real Sociedad, el Athlétic, el Éibar y el Real Oviedo.

Un candidato a la Liga precisa al menos once avales para mantenerse en el proceso electoral. Esto conduciría a Tebas a ser el único con opciones de optar en las votaciones a la presidencia de la Liga, fijadas para el 18 de octubre.

Aránzabal, no obstante ha decido impugnar la decisión de que no se admitan dobles avales, es decir, que un mismo club pueda respaldar a más de un candidato. El aval y el voto son independientes el uno del otro, por lo que, aunque un club puede entregar su aval a un candidato, en la elección final puede votar a otro.

En las últimas horas, se había especulado con que el Zaragoza fuera uno de los clubes que no se habían alineado junto a Tebas, aunque ese extremo no es tal.

Esta misma semana el club aragonés trasladó al abogado oscense su apoyo en esta carrera electoral, adelantada unos meses por Javier Tebas, ahora presidente en funciones de la Liga y con un nutrido apoyo entre los clubes españoles después de cuatro años de mandato.

Este fuerte predicamento de Tebas entre los clubes españoles está explicado en gran medida por el nuevo reparto de los derechos de televisión, apoyado en un cambio de criterio y en un aumento notable del valor de esos derechos audiovisuales.

Los mayores ingresos en este concepto han repercutido en toda la clase media y baja del fútbol español y ha corregido parte del desequilibrio histórico propiciado por la vieja venta individual de los derechos de televisión.