Dos goles de falta del Zaragoza en 58 minutos tras todo un año ciegos

Lanzarote logró en Valencia en menos de una hora dos tantos de golpe franco. La pasada campaña, el equipo no anotó ni uno en los 42 partidos de la liga.

Lanzarote, en el momento preciso de golpear la pelota en la falta que, en el minuto 10, supuso el 1-1 y el primero de sus dos goles de golpe franco en el Levante-Real Zaragoza del pasado sábado.
Lanzarote, en el momento preciso de golpear la pelota en la falta que, en el minuto 10, supuso el 1-1 y el primero de sus dos goles de golpe franco en el Levante-Real Zaragoza del pasado sábado.
LFP

Cuando Manu Lanzarote marcó el primer gol del Real Zaragoza el sábado pasado en Valencia, al colocar en la escuadra derecha del portero levantinista Remiro una falta directa desde 25 metros, habían transcurrido 71 partidos desde que el equipo zaragocista marcase su último tanto de golpe franco. Más de temporada y media. Durante toda la campaña pasada, ningún futbolista del cuadro aragonés tuvo la habilidad de consumar un gol a balón parado, un arte siempre rentable y, muchas veces, decisivo para desatascar partidos y marcadores atrancados. Pasaron los 42 choques de la liga 2015-16 sin que ese casillero se moviera y, por ello, se quedó a cero de manera extraordinaria cuando la liga concluyó en Palamós ante el Llagostera.


Lanzarote tomó el relevo a Jaime Romero. El extremo albaceteño, ahora en el Osasuna, tenía el dudoso honor de ser el último en marcar de falta. Fue el 24 de enero de 2015, hace dos cursos, en la jornada 16ª, aún en la primera vuelta, con Ranko Popovic en el banquillo recién relevado Víctor Muñoz. El Real Zaragoza ganó 2-0 al Recreativo de Huelva en La Romareda y el primer tanto lo hizo Jaime con un trallazo raso en una falta al borde del área, por debajo de la barrera. Han pasado, pues, 18 meses de total sequía en la estrategia directa. Año y medio con esos cañones obturados, para perjuicio evidente del potencial ofensivo del cuadro zaragocista.


Manu Lanzarote, además, rompió ese negativo récord de manera ruidosa, haciendo hasta dos goles de falta directa. No uno, dos. La lástima, para él y para el equipo, es que no sirviesen para puntuar. Lanza lamentó profundamente que su atípico episodio -no es nada normal este tipo de dobletes- se fuera por el sumidero con el 4-2 adverso final. El primero lo logró en el minuto 10. El segundo, en el 68. Pasaron, por lo tanto, 58 minutos entre uno y otro. Menos de una hora. La eficacia de Lanzarote en Valencia queda descrita en la comparativa: en toda la liga pasada, nadie vio puerta de falta en casi 3.800 minutos de juego real disputados en 42 jornadas (más de 63 horas de partidos).


La presencia de un lanzador como Lanzarote es un aval sobresaliente en la faceta estratégica del Real Zaragoza, tanto en los balones indirectos (córner o faltas laterales), como en los tiros francos. Por supuesto, también en los penaltis. Él solo, en un rato, ya ha igualado el registro global de hace dos temporadas, donde el equipo anotó solo dos dianas así: la citada de Jaime al Recreativo y, semanas antes, la de Willian José en Lugo que, en el minuto 93, sirvió para empatar a tres in extremis. Como se ve, hace tiempo que el vestuario zaragocista carece de efectividad en este apartado goleador. Lanzarote es ahora la gran esperanza.


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