David Medié Jiménez vuelve a aparecer en el camino del Real Zaragoza en su andadura en Segunda División. El árbitro catalán (Sabadell, 1984) es, a sus 32 años, uno de los veteranos de la categoría ya que inicia su quinta temporada en la división de plata. El año pasado acabó 7º clasificado en el ránquin del Comité Técnico nacional, a 45 centésimas del primer puesto de ascenso a Primera. 

Al Real Zaragoza le pitó en la derrota por 2-1 en Elche, donde señaló un penalti en contra de los aragoneses que supuso la derrota final por un derribo de Rico a un contrario. Antes, en la primera vuelta, también había dirigido en La Romareda el duelo que acabó con victoria zaragocista por 1-0 ante el Alavés. No obstante, el partido más recordado, por negativo, entre las coincidencias de Medié Jiménez en los choques del cuadro blanquillo es el de Lugo hace dos campañas, encuentro que acabó 3-3 (como este año) en el Anxo Carro después de que el colegiado catalán tuviese una actuación muy perjudicial para los blanquillos.

Su error más grueso fue la anulación inexplicable de un gol a Eldin Hadzic, por fuera de juego cuando el balón venía procedente de un pase atrás a su portero de un defensor gallego (hubiera sido el 1-3) aún en la primera parte. Antes, en el penalti cristalino que significó el 0-1 a favor del Real Zaragoza en el minuto 10, solo mostró la tarjeta amarilla al central lucense que derribó a Borja Bastón cuando iba a fusilar a gol en el área pequeña, una acción que debió ser roja y, por ello, tuvo que dejar a los locales con un hombre menos desde el inicio del choque, castigo que perdonó. Además, el primer tanto del Lugo vino como consecuencia de una falta al borde del área inexistente que David López transformó en el tanto del 1-1.

Las quejas, inútiles, fueron hondas y generalizadas en la expedición zaragocista aquella noche lluviosa del 12 de octubre de 2014. Cómo sería el agravio que el comité de designación ya no tuvo en consideración nombrar a Medié Jiménez para pitar ningún partido más al Real Zaragoza en el resto del curso. Fue una especie de autorrecusación que se levantó al año siguiente, obviamente.