Cezary Wilk, según pasan las horas y se acerca el día 31 y el final del mercado de verano, asume con mayor convencimiento que lo mejor para su futuro pueda ser abandonar el Real Zaragoza y buscar otro club donde jugar esta temporada. El centrocampista polaco, que fue instando por Luis Milla y Narciso Juliá a buscarse una salida al considerar que sus prestaciones tácticas en la plantilla están cubiertas con otros jugadores (Zapater y, en buena parte, Javi Ros o Morán), ya es consciente de que su rol en el equipo no apunta a ser relevante por estas circunstancias. El área deportiva vería con buenos ojos la marcha del exfutbolista del Deportivo de La Coruña, que tiene todavía un año más de contrato, algo que permitiría contratar un centrocampista de un corte distinto, más generador de juego, que complementara de forma más natural las características del resto de los medios de la plantilla.

Este jueves, Christian Lapetra ha insistido sobre esta cuestión. "El caso Wilk no se ha cerrado. Él sabe que, en su posición, hay varios jugadores y que, si tiene una oferta que pueda interesar a todas las partes, pues la escucharemos y la llevaremos a cabo", indicó con claridad el presidente del Real Zaragoza.

Wilk solo jugó el año pasado nueve partidos con el Real Zaragoza, ya que cayó gravemente lesionado en una rodilla en octubre durante el partido de liga en Gerona. El polaco ya no pudo recuperarse en los ocho meses que restaban de temporada. Ahora, con buenas sensaciones durante el verano y tras jugar en todos los amistosos de preparación con total normalidad, Wilk se encuentra con el inconveniente de orden táctico que lo empuja hacia fuera del equipo por criterios del entrenador y el área deportiva, que intentan distribuir los perfiles de los futbolistas en la plantilla de la manera más variada posible ante la cortedad del grupo. En un máximo de 12 días habrá una resolución definitiva a este asunto que, como ha reflejado Christian Lapetra en sus declaraciones, sigue abierto de par en par.