El Real Zaragoza, trofeos a pares al estilo Portugal

Sin marcar un gol ni ganar un partido, el equipo se ha traído dos copas a las vitrinas: la de Tarragona, por deferencia, y la de Vitoria, por penaltis.

A la izquierda, Zapater recoge el trofeo Ciutat de Tarragona el pasado día 31 de julio; a la derecha, Rico hace lo propio en Vitoria con el trofeo Virgen Blanca, el pasado sábado 6 de agosto.
El Real Zaragoza, trofeos a pares al estilo Portugal
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Resulta curioso que el Real Zaragoza haya incrementado este verano su museo de trofeos con dos copas. Es un caso singular porque lo ha hecho sin haber logrado marcar un solo gol ni ganar un partido a sus dos únicos rivales profesionales a los que se ha enfrentado. En el Nou Estadi tarraconense, frente al Nástic, se jugaba hace diez días el Trofeo Ciutat de Tarragona. El pasado sábado, en Vitoria, ante el Alavés estaba en juego el Trofeo Virgen Blanca. Los dos están ya en las vitrinas de la sede de La Romareda. Eso sí, en Tarragona, el Real Zaragoza empató: 0-0. Y en Vitoria, aplicó el mismo método: 0-0 también.


La copa en campo vasco (Olaranbe, que Mendizorroza estaba cerrado por obras), la ganaron los zaragocistas por el método de la tanda de penaltis. La de Tarragona, llegó a sus manos de modo más atípico, ya que el Nástic se la entregó directamente, sin acudir a los penaltis, como gesto de deferencia y atención del anfitrión con el huésped. Zapater en Tarragona y Rico en Vitoria recogieron las anecdóticas recompensas de verano.


Son las cosas extrañas que provoca el mundo del fútbol. A veces, con goles y buen juego, no se logra ningún provecho. Y otras, como es el caso, sin ver puerta ni una sola vez, sin obrar un triunfo en el marcador de los 90 minutos y con un juego lleno de defectos por culpa del verde estado de solvencia que presenta aún el renovado equipo zaragocista, las copas y trofeos llegan a pares a manos del capitán.


Esta rareza es, en el ámbito de los devaluados trofeos estivales, un asunto menor. Pero, recientemente, se ha visto que el método funciona igual en los grandes campeonatos y con los grandes equipos. En la Eurocopa de Francia 2016, disputada entre junio y julio, Portugal salió campeón ganando solamente ¡uno de sus siete partidos!. A saber, los guarismos del equipo de Cristiano Ronaldo fueron los siguientes: 1-1, contra Islandia; 0-0 ante Austria; y 3-3 frente a Hungría en la fase de grupos. Pasó a octavos de final como 3ª, de chiripa, sin una sola victoria. En el primer cruce, empató en el tiempo reglamentado 0-0 con Croacia, y se llevó el triunfo al final de la prórroga. En cuartos, igualó 1-1 con Polonia, la que superó por penaltis. Su único triunfo ordinario fue en la semifinal contra Gales (2-0), porque en la gran final, ante los anfitriones franceses, el marcador llegó de nuevo 0-0 al término de los 90 minutos. El gol de la gloria también llegó en la recta final de la enésima prórroga portuguesa. Algo sin precedentes.


Si Portugal lo hizo en la cúspide mundial del fútbol, como es una Eurocopa, no tiene pecado que el Real Zaragoza lo esté repitiendo a su manera muchos estratos por debajo de ese nivel. Como reza el tópico, 'el fútbol es así'.

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