La salida de Whalley se encasquilla

Las negociaciones abiertas con el Sporting de Gijón, clubes ingleses y otras vías surgidas a última hora se atascan por varios desacuerdos entre el club y las pretensiones del portero.

Óscar Whalley, en el centro del grupo, al inicio del entrenamiento de este viernes 5 de agosto.
Óscar Whalley, en el centro del grupo, al inicio del entrenamiento de este viernes 5 de agosto.
José Vidal

Óscar Whalley sigue dentro de la plantilla del Real Zaragoza un día más. Los dirigentes del club no han conseguido alcanzar un acuerdo con ninguno de los clubes que están dispuestos a acoger al portero en las últimas horas y su salida de la entidad, hecho que está decidido desde hace varios días que así suceda, ha quedado encasquillada por las diferencias existentes en varios aspectos importantes de las negociaciones.


El caso Whalley se está alargando mucho más de lo que se preveía dentro del club hace dos semanas, cuando Juliá y Milla comunicaron en Boltaña al portero -de manera personal- que la intención del Real Zaragoza era obrar una cesión a un club donde pudiera jugar muchos minutos durante la próxima temporada. Whalley no aceptó ese préstamo pues lo programado por el área deportiva era que jugase en un equipo de Segunda B, circunstancia que el entorno del guardameta considera un paso atrás inaceptable tras militar dos años en Segunda División (en su debut, con el Zaragoza hace dos años y, en la campaña anterior, cedido en el Huesca). El joven arquero, de 22 años, se mostró dispuesto por ello a dejar el Real Zaragoza de manera definitiva, desvinculándose y ejecutando por lo tanto un contrato personalizado con su nuevo equipo de destino, ya fuera de la tutela zaragocista.


Su ascendencia inglesa por vía paterna, que siempre fue una llave para peinar el fútbol británico en busca de ofertas interesantes de cara al futuro, fue una desembocadura natural para buscar acomodo a Whalley a lo largo de los últimos días. También surgió la semana pasada la opción del Sporting de Gijón, club de Primera División española que, pese a tener al veterano Cuéllar y al recién fichado Mariño en su plantilla como primeros espadas para la portería, buscaba un tercer guardameta joven -sub-23- a instancias de Abelardo, su entrenador. Ha habido momentos calientes en todas los caminos abiertos, con terceras vías también activadas. Pero los requerimientos del jugador, la postura firme del Real Zaragoza en determinadas cuestiones de futuro y también las condiciones que sugieren los presumibles compradores están atascándose sin solución inmediata en las últimas horas.  


Mientras los teléfonos siguen sonando, Whalley continúa bajo la disciplina del Real Zaragoza. En la mañana de este viernes volvió a entrenarse con sus aún compañeros, bajo las pautas directas de Mikel Insausti, el preparador de porteros zaragocista, y junto a Irureta y Ratón, los dos guardametas que se van a quedar en la primera plantilla según el diseño de Juliá y Milla. Pero, a diferencia de lo ocurrido en los dos últimos amistosos contra el Teruel y el Nástic de Tarragona, Whalley no viaja a Vitoria. En Pinilla y el Nou Estadi tarraconense fue suplente y no jugó un solo minuto, un escenario extraño. Frente al Alavés, este sábado, ni siquiera montará en el autobús. Su salida debería estar ya solucionada, a un destino u otro. Pero sigue siendo un tema vivo. Y, por lo que transmite, sin un momento definido para rematarse positivamente.

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