Luis Milla regresa a su casa al frente del Real Zaragoza

Turolense de pura cepa, algo de lo que ha presumido siempre por donde ha ido, el entrenador zaragocista es la gran atracción del amistoso en Pinilla.

33 años separan estas imágenes. A la izquierda, Milla con la camiseta del Teruel, con 17 años, en 1984, en un campo de Pinilla aún de tierra. A la derecha, en la actualidad, como entrenador del Real Zaragoza.
Luis Milla regresa a su casa al frente del Real Zaragoza
HA/Aránzazu Navarro

Luis Milla Aspas es uno de los turolenses vivos de los que, hace muchos años, presume Teruel. Futbolista que emergió de la cantera del CD Teruel, cuando el campo de Pinilla aún era de tierra, el pequeño de los Milla (compartió equipo en sus inicios con su hermano mayor Emilio) jugó como profesional de élite durante más de una década en el Barcelona, el Real Madrid, el Valencia y la selección española para orgullo de sus convecinos y amigos de la capital bajoaragonesa.


Luis siempre ha estado vinculado a Teruel. Pese a que abandonó su casa con 17 años cuando lo fichó el Barça y ya no ha vuelto a tener residencia fija en la ciudad, Milla nunca ha perdido el contacto con los suyos. Cada vez que ha habido un hueco festivo, un momento de asueto en su apretada agenda de jugador de primer nivel y, después, seleccionador y entrenador, Teruel ha sido siempre un lugar de destino para visitar a sus allegados. En definitiva, en lugares del perfil de Teruel, una figura como Luis Milla ejerce, por sí sola, de constante embajador de su pueblo y sus gentes. Y así ha sido considerado varias veces por las autoridades locales en los eventos tradicionales de la ciudad. 


Por todo esto, que hoy Luis Milla vuelva a pisar el césped del campo de Pinilla, sentado en la banda de la tribuna en el banquillo visitante al frente del Real Zaragoza, es un acontecimiento para la historia. En este sentido, el amistoso entre ambos equipos aragoneses tiene una gran carga sentimental, tanto para la afición futbolística de Teruel, como para el propio Luis. En los primeros pasos al frente del cuadro zaragocista, que supone su segundo club como entrenador después de casi un lustro al frente de las selecciones base de España, Milla va a ejercer por primera vez en su casa. Con 50 años, 33 después de pisar por última vez los vestuarios de Pinilla cuando, como futbolista, dejó el CD Teruel para irse al juvenil del FC Barcelona, este partido preparatorio de pretemporada va a significar el retorno de Luis Milla a las entrañas del viejo campo turolense.


Todo ha cambiado mucho desde entonces. Hace más de tres décadas, las instalaciones se llamaban Adolfo Masiá. El terreno de juego carecía de hierba. El Teruel militaba en los años precedentes, mayormente, en la Regional Preferente. El fútbol era otra cosa y, chicos como aquel adolescente Milla, podían soñar con cierto fundamento en ser grandes en el ámbito profesional, aún virgen de representantes, agentes, fondos de inversión y demás elementos que han hecho desembocar este deporte en un macronegocio de dimensiones mundiales y multimillonarias bien alejadas de aquel panorama de mediados los años ochenta del siglo pasado.


Luis Milla unirá en la tarde de este miércoles esas dos épocas. La juvenil, la de 1984, con la madura, la del verano de 2016. La historia de una vida que ha devuelto a Aragón a un turolense que ahora ejerce una difícil tarea en Zaragoza. No es cualquier cosa.

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