La plantilla del Real Zaragoza va a cambiar el chip este domingo de forma notable. La jornada se presenta con tintes festivos, sin ningún tipo de exigencia física. Sin pisar el campo de fútbol y sin pensar ni un solo minuto en lo que ha sido la pauta en los últimos seis días, desde que el equipo viajó hasta Boltaña para llevar a cabo la parte más exigente de la pretemporada. Toca aliviar las piernas y también las mentes.

Esta fiesta dominical programada por Luis Milla y el cuerpo técnico comenzará después del desayuno con una marcha en bicicleta, todos juntos, por diversas pistas forestales de los alrededores de la localidad del Sobrarbe. Una ruta por el monte que no es demasiado exigente y que servirá de esparcimiento y ejercicio diferente para los cansados futbolistas blanquillos. Después de comer, tarde libre. Asueto total y general.

Habrá visitas de familiares y amigos, ratos de paseo por el pueblo, momentos para la lectura o los juegos habituales en este tipo de concentraciones (el equipo dispone de un salón privado con billar y mesa de tenis de mesa donde pasan muchos ratos la mayoría de los jugadores) y, en el caso de magnífico Hotel Barceló Monasterio de Boltaña, la joya de todas las ofertas es el spa-balneario que acoge en sus instalaciones. Seguro que van a ser muchos los que se den una vuelta por ellas en este día de desconexión con el balón, las porterías, la hierba y los sistemas tácticos.