Si la primera semana de entrenamientos en Zaragoza concluyó con la feliz noticia de que ningún jugador del Real Zaragoza había sufrido percance alguno digno de mención, el primer ensayo en el Pirineo dejó tres tocados. Todos leves, pero que requirieron de tratamiento específico por parte de los fisioterapeutas en diversos lances de la hora y media de fútbol que diseñó Luis Milla para abrir boca en el campo de Boltaña. Ángel, Casado y Xumetra son los que acabaron con algún problema que necesita los primeros cuidados concretos del área médica.

Ángel se retiró 20 minutos antes que el resto por el dolor que le generó un fuerte ‘bocadillo’ que recibió en la parte exterior del muslo derecho. Un golpe con un colega en la pugna por un balón que le causó el clásico efecto paralizante en la extremidad. Fue tratado en primera instancia por el doctor Honorio Martínez y el fisio Míchel Román. Se le colocó un fuerte vendaje en la zona dañada y continuó un tiempo así sobre el campo. Pero al final tuvo que dejarlo para evitar males mayores.

El nuevo lateral zurdo, Jorge Casado, en un encontronazo en la pelea de un balón en la banda, sufrió un fuerte pisotón que le lastimó el primer dedo del pie izquierdo. Acudió a al banda, se descalzó y, tras protegerle el lugar afectado, prosiguió el partidillo hasta el final, aunque al final acusaba el dolor propio del caso.

Por último, otro de los nuevos fichajes, el extremo diestro Jordi Xumetra, tuvo un problema similar. Otro pisotón involuntario en la zona alta del empeine lo dejó mermado durante más de media hora, aunque se resistió a abandonar el entrenamiento y lo concluyó a trancas y barrancas. Al final, también se quitó enseguida la bota para ser tratado en el mismo campo con antiinflamatorios tópicos.

La implicación de toda la plantilla fue máxima y se vieron varios encontronazos fuertes y momentos de riesgo por las ganas que todo el mundo puso en cada balón dividido. Por el momento, salvo estos lances propios de cada entrenamiento, todo marcha por el mejor camino. Estos tres jugadores, salvo sorpresa indeseada, estarán el martes en disposición de continuar entrenando con normalidad. Tal ver el golpe de Ángel en el muslo sea el que más tiempo puede tardar en desaparecer.